MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Lesionarse en un viaje nunca es agradable, pero todavía menos cuando estás lejos de casa. Por suerte, si ocurre en España, gracias al sistema de protección pública de la Seguridad Social, el viajero no tendrá que sufrir más que las incomodidades de tener que paralizar o cancelar sus viaje. Pero si esta situación ocurre en otro país, a eso se suma una factura puede llegar a ser de miles de euros.
El primer puesto en los países donde la atención médica es más cara lo ocupa Estados Unidos. Aunque dispone uno de los sistemas de salud más innovadores y cuenta con los mejores profesionales e instalaciones del mundo, la falta de un sistema de salud con cobertura universal garantizada y el predominio del sector privado frente al público hacen que el coste de la sanidad en el país norteamericano alcance precios astronómicos.
Esto hecho obliga a la mayoría de sus ciudadanos a recurrir a un seguro médico privado. El coste de una consulta puede variar en función del hospital, de si está asegurado o no e incluso del tipo de seguro que se tenga. En el caso de sufrir un accidente, lo primero que piden al viajero es un seguro o una tarjeta de crédito que garantice que se puede frente al importe de la asistencia.
El simple derecho al diagnóstico ya tiene un precio. Así si el viajero tiene la mala suerte de resbalarse paseando por las calles de Nueva York y se fractura el tobillo, sin seguro médico, el diagnóstico y el tratamiento costaría entre entre 11.000 y 20.000 dólares(entre 10.000 y 18.000 euros).
A modo de ejemplo, la tarifa media de una radiografía supone un coste de unos 170 euros, pero según el centro este precio podría elevarse a los 950 euros o más a los que habría que añadirle otros 1.000 o 2.000 euros en el caso de haber tenido que pasar por urgencias.
CANADÁ, SISTEMA PÚBLICO PARA RESIDENTES PERMANENTES.
A diferencia de Estados Unidos, Canadá sí dispone de un sistema de salud público y gratuito para los residentes permanentes, sin embargo, esto no se aplica a los residentes temporales o a los viajeros quienes tendrán que pasar por caja si necesitan asistencia.
En estos casos, la sanidad canadiense se convierte en una de las más caras del mundo en la que una simple consulta en urgencias (que tendrás que pagar con antelación) puede costar entorno a los 250 euros, una radiografía 100 euros y en el caso de tener que hacer una resonancia se aplicarían otros 450 euros más.
Si se complicara la situación, un día de hospitalización varía entre los 800 euros para las intervenciones más sencillas y hasta 10.000 euros para los casos más complicados. Por si no fuera suficiente, los precios se multiplican a menudo por dos o por tres para los turistas.
Por último, si no deseas pasar por urgencias, debes saber que conseguir una cita con un médico de cabecera es casi misión imposible, ya que estos no aceptan pacientes nuevos y tendrás que acudir al sistema privado, todavía más costoso.
JAPÓN, TAMPOCO ES BARATO.
El país nipón cuenta con uno de los mejores sanitarios del planeta y un excelente seguro nacional de salud basado en los ingresos. Como era de esperar, los pacientes no asegurados son responsables de pagar el 100% de la asistencia.
Si una consulta con un médico de cabecera cuesta una media de 80 euros, la factura aumenta en si se necesita un especialista o con los servicios de urgencias (entre 150 euros y 400 euros).
Si el turista tropieza observando la belleza del castillo de Osaka y tienen que ser intervenido por una fractura, la cuenta alcanzaría los 22.600 euros. Otra dificultad en este país, y no menos importante, es encontrar médicos que hablen inglés.
LO MEJOR, CONTRATAR UN SEGURO.
Completando esta lista se encuentran otros países como Emiratos Árabes Unidos, especialmente Dubái, donde la consulta clásica se sitúa entre los 50 y los 100 euros o China, país en el que una consulta de urgencias puede llegar a los 1.000 euros. Asimismo, algunos países caribeños también aplican elevados costes siguiendo el modelo americano de salud.
Como nadie está a salvo de tener un accidente o enfermar durante un viaje en el extranjero, los expertos recomiendan para protegerse ante los eventuales problemas de salud contratar un seguro de viaje.
Este seguro no solo cubriría la asistencia sanitaria del viajero sino que también evitará gastos no planificados relacionados con el equipaje, incluyendo coberturas como la repatriación, la responsabilidad civil o el regreso anticipado en caso de tener que adelantar su vuelta por la hospitalización o el fallecimiento de un familiar cercano.
Además la mayoría de los seguros ofrecen la opción de añadir la cobertura de cancelación por si el viajero tuviera que anular tu viaje antes de la salida.