QUITO (AP) — En las elecciones presidenciales de 2021 el indígena ecuatoriano Yaku Pérez estuvo a punto de dejar afuera del balotaje al actual mandatario Guillermo Lasso con un discurso en defensa del medio ambiente y el agua y en rechazo al extractivismo minero y petrolífero.
En los comicios anticipados en los que se elegirá al sucesor de Lasso, se presenta por segunda ocasión pero esta vez sin el apoyo de la dirigencia y de las organizaciones que representan a las comunidades indígenas, fragmentadas tras las últimas movilizaciones sociales y con fuertes divergencias por el liderazgo de su movimiento.
Ya desafiliado de Pachakutik, el brazo político del colectivo comunitario, Yaku Pérez se postula esta vez bajo un conglomerado de organizaciones de izquierda cobijadas bajo la Alianza Claro que se Puede, conformada por el Partido Socialista, Unidad Popular y Democracia Sí.
No obstante, su campaña sigue orientada para atraer la simpatía de las poblaciones de la zona rural andina, mayoritariamente indígenas, al poner énfasis en propuestas ambientalistas.
La legislación ambiental existente en el país es absolutamente tibia. “No se compadece con el colapso climático que se avecina, el cambio climático; el calentamiento global no es una amenaza, es un realidad”, advirtió y dijo que el vecino Fenómeno del Niño, caracterizado por lluvias e inundaciones “es absolutamente catastrófico”.
Pérez se desplazó durante la campaña en una bicicleta de bambú, se hospedó en casas de sus simpatizantes, comió con los ciudadanos en plazas o mercados y a menudo amenizó sus mitines con tonadas ecuatorianas que él mismo interpretaba en un saxo, instrumento que lo acompaña siempre.
Tras el asesinato del postulante Fernando Villavicencio, ocurrido el 9 de agosto en esta capital, no solo interrumpió su campaña electoral sino que enseguida convocó a una reunión de candidatos para lograr acuerdos mínimos de seguridad. El encuentro, al que asistieron cuatro postulantes, exigieron al gobierno acciones urgentes para frenar la inseguridad y ejecutar todo el presupuesto para temas de seguridad.
Entre sus propuestas de campaña están ingresar a los barrios más violentos con policías, militares bien equipados, pero también promover la “educación, salud, créditos productivos para los jóvenes y las amas de casa” para reactivar la economía de esos sectores.
Otra de sus metas es crear 500.000 nuevos empleos en casi año y medio de gobierno —que es lo que durará el mandato al tratarse de elecciones adelantadas— a través de inversión del Estado en la rehabilitación de obra pública vial, educativa, de salud... “ Vamos a volver los ojos al campo, la mayor riqueza no está en el petróleo ni en la minería, está en la agricultura, en el turismo”, destacó.
Pérez es reconocido por su férreo activismo ambiental que cobró especial protagonismo en el levantamiento indígena de 2019 cuando las protestas en demanda de una rebaja en el precio de la gasolina paralizaron casi todo el país durante tres semanas y se produjeron hechos de inusitada violencia, especialmente en las ciudades de Quito, Ambato y otras de la región andina.
El candidato ha sido apresado cerca de media docena de ocasiones por su activismo en manifestaciones por causas sociales y ambientales. Además de abogado tiene un diploma en Gestión de Cuencas Hídricas, una especialidad en Derecho Ambiental y un magíster en Derecho Penal y Criminología.
Unos 13,45 millones de ecuatorianos acudirán a las urnas el 20 de agosto luego de que Lasso disolviera a mediados de mayo la Asamblea Nacional cuando se aprestaba a someterlo a un juicio político. De acuerdo con lo que establece la ley ecuatoriana, esto significó que acortara su propio mandato -que debía terminar en 2025- y convocara a elecciones presidenciales y legislativas anticipadas.
En su primera candidatura en 2021 compitió con el apoyo de las principales organizaciones indígenas del país, como la Confederación de Nacionalidades Indígenas y su brazo político Pachakutik. Pérez obtuvo 1,79 millones de votos, un hito en la participación de esas comunidades en la política ecuatoriana, pero Lasso lo desplazó del segundo puesto al final del conteo al sumar 1,83 millones de votos.
Poco después, a mediados de 2021, se desafilió de Pachakutik luego de que la bancada parlamentaria del partido se aliara con los legisladores de Creo, la fuerza política del entonces incipiente gobierno de Lasso.
El postulante cambió en 2017 su nombre Carlos Ranulfo por el de Yaku Sacha, vocablos quichuas que significan “agua de monte”. El abogado de 54 años, cuyos padres eran peones de hacienda, se abrió paso en la política primero a través de las organizaciones indígenas y luego de grupos con representación nacional.
Su primer cargo fue como concejal del municipio de Cuenca, 310 kilómetros al sur de la capital. Luego fue dirigente regional de los indígenas y coordinador nacional de Pachakutik, con el cual ganó la gobernación de la provincia de Azuay, al sur del país, cargo que desempeñó por seis meses y al que renunció para participar en las elecciones presidenciales de 2021.