SOUTH WILLIAMSPORT, Pennsylvania, EE.UU. (AP) — Lejos de casa y en su primer juego de la Serie Mundial de Pequeñas Ligas en su historia, Cuba toleró sólo un hit el miércoles. Sin embargo, no consiguió uno solo y cayó por 1-0 ante Japón en un juego de la ronda inicial.
El equipo cubano fue recibido con cortesía por los casi 8.000 espectadores reunidos en el Volunteer Stadium, una muestra típica de aprecio para los conjuntos internacionales en este torneo. Sin embargo, no había muchos seguidores realmente llegados de Cuba.
Frente a una zona del graderío repleta de familias japonesas, los aficionados que apoyaban a Cuba ocuparon apenas un par de filas por el lado de la inicial, adornadas de rojo, blanco y azul.
Mientras los peloteros japoneses abrazaban a sus padres tras la victoria, los chicos cubanos debieron darse apoyo entre ellos mismos. Ninguna familia de los jugadores hizo el viaje directamente desde Cuba hacia South Williamsport para el encuentro, dijo el manager Vladimir Vargas después del encuentro.
“Los chicos están muy orgullosos de lo que han hecho acá, sabiendo que sus padres estaban mirando el juego por la televisión”, comentó Vargas. “Así que los padres están muy orgullosos y felices de que los chicos estén jugando acá”.
Roberto Martínez reside en Las Vegas y fue uno de apenas dos padres cubanos que concurrieron el miércoles, dijo Vargas. Martínez contó que no había visto a su hijo homónimo en “varios meses”.
Martínez hijo fue primer bate y jardinero central de Cuba, mientras que padre miraba desde el graderío, rodeado por muchos rostros desconocidos.
“Me hubiera gustado tener la oportunidad de contar con más parientes acá, pero no hay forma de que eso pase”, dijo Martínez.
Las Pequeñas Ligas y la Federación Cubana de Béisbol comenzaron a abordar la posible participación de la isla en el torneo durante el gobierno del expresidente Barack Obama.
A fin de que Bayamo, el campeón nacional cubano, pudiera acudir a este torneo, las Pequeñas Ligas trabajaron con la Oficina Federal de Control de Activos Extranjeros y con el Departamento de Estado. Obtuvieron así 20 visas para el equipo cubano, además de coaches y dirigentes.
Martínez dijo que las visas para las familias de los jugadores son muy difíciles de obtener, por el costo y los trámites necesarios.
“Sé que son caras, pero no es sólo por el dinero”, comentó.
En el terreno, el abridor japonés HInata Uchikagi repartió 13 ponches y otorgó sólo tres boletos en cinco entradas, antes de llegar a su límite de lanzamientos. Akito Masuda pintó de blanco a los cubanos en la sexta.
Hinata anotó además la carrera de la ventaja, con un rodado potente de Yohei Yamaguchi al jardín derecho en la primera entrada. Se mudó después al campocorto y consiguió el último out del juego, retirando a Jonathan López en los senderos.
Aunque no pudieron estar en el encuentro, varios peloteros cubanos de las mayores desearon suerte al equipo y dijeron que estarán atentos a su desempeño.
El conjunto recibió regalos de Adrián Morejón, pitcher de los Padres de San Diego. Raisel Iglesias, de los Bravos de Atlanta, y Yuli Gurriel, de los Marlins de Miami, les enviaron mensajes en video.
“Nunca jugamos en un torneo tan grande”, dijo Johan Oviedo, pitcher de Pittsburgh. “Es realmente algo bueno para ellos, para que estos chicos tengan la experiencia y jueguen a ese nivel”. “En Cuba, todo lo que juegas es para ganar. Todo lo que aprendes es ganar. Esa es la meta”.
José Abreu, de Houston, dijo que, sin importar lo que ocurra en South Williamsport, “un consejo sería que estos chicos hagan las cosas con convicción y con amor”.
“Si lo hacen, estarán bien”.
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Los periodistas de la AP, Kristie Rieken en Houston y Will Graves en Pittsburgh, contribuyeron con este despacho.
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Seth Engle es un estudiante del Centro John Curley para el Periodismo Deportivo en Penn State.