Los trabajos de restauración de la Catedral Metropolitana concluirá en diciembre de este año, para que este monumento histórico quede en las mejores condiciones y se solucionen los reportes de filtraciones desacatadas con las lluvias más recientes, así como por las afectaciones de los temblores de septiembre de 2017, así lo aseguró Alejandra Frausto Guerrero, secretaria de Cultura.
Apenas el 22 de agosto el rector de la catedral denunció fallas en los trabajos llevados a cabo, pues algunos materiales comenzaron a desprenderse, además de que se detectaron goteras y filtraciones.
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En una visita al templo, la funcionaria federal dijo que está en proceso la tercera y última etapa de restauración, que consiste en la intervención de vitrales, esculturas que cayeron por el sismo y revisión de fisuras, así como el Sagrario.
Alejandra Frusto dijo que fue en 2019 cuando se inició la primera etapa de los trabajos de restauración que consistieron en atender los pilotes de control para mantener la estabilidad del edificio asentado en una zona lacustre y que se hunde constantemente.
La segunda etapa terminó en diciembre de 2022, consideró el retiro de la flora dañina que crecía en juntas de las piedras; se rehabilitó el sistema eléctrico, con ayuda de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y se atendieron daños menores que se identificaron en las dos torres y en las cúpulas.
Mientras que la tercera etapa terminará en diciembre próximo abarcan la restauración y mantenimiento de las tres esculturas de Manuel Tolsá y regresarlas a sus pedestales, atender cubiertas del Sagrario Metropolitano que tiene también afectaciones por los sismos de 2017, reparación de filtraciones que se pudieran detectar, además de las que fueron reportadas en días pasados.
“Este trabajo que se ha hecho en conjunto, siempre de la mano con la autoridad eclesiástica, ha sido un trabajo hecho por expertos, por personas que conocen el trabajo de restauración arquitectónica de intervención en un inmueble que ha tenido una lógica compleja por el sitio donde nos encontramos, un subsuelo que era un lago”, afirmó Frausto Guerrero.
Los trabajos para la restauración del templo, cuya construcción se llevó a lo largo de 242 años, desde 1571 hasta 1813, se basaron en determinar el origen de los daños, es decir, la casa y efecto para establecer la estrategia de intervención a costo, mediano y largo plazo.
Los factores que inciden en el deterioro son de cuatro tipos:
- Geológicos: tipo de subsuelo, hundimiento diferencial, eventos sísmicos
- Propios del material: composición, ciclo de vida, aditivos
- Constructivos o propios del edificio: manipulación de la piedra, puesta en obra y disposición en la fábrica
- Así como los derivados del clima y de la contaminación ambiental: agua, contaminantes, lluvia ácida, sales solubles y organismos y la acción generada por esos sobre la estructura y los materiales ocasionan los distintos procesos de alteración presentes en el recinto religioso
“El mantenimiento constante a la Catedral Metropolitana permite prevenir afectaciones mayores, el cual está a cargo de las autoridades religiosas, resguardantes del inmueble, con quienes existe un diálogo y colaboración constante. Los trabajos de reconstrucción no concluyen hasta que se entregue el último inmueble afectado por los sismos del 2017″, añadió la secretaria de Cultura.