Las autoridades de Japón han asegurado este viernes que los primeros análisis realizados en la zona cercana a Fukushima tras el vertido del agua procedente de la central nuclear han confirmado niveles de contaminación mínimos, pese al recelo mostrado por países vecinos como China.
El gobierno de Japón dio inicio el jueves a este proceso, semanas después de que la autoridad nuclear japonesa aprobara de forma definitiva el plan del gobierno tras el visto bueno del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), que también realizará sus propios exámenes sobre el terreno.
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El agua se ha mantenido en tanques después de pasar por un sistema avanzado de procesamiento de líquidos que elimina la mayoría de los radionúclidos, excepto el tritio. La Autoridad de Regulación Nuclear, la concentración de este isótopo se mantiene en los 0.5 becquereles por litro en un radio de tres kilómetros alrededor de la central y es prácticamente “indetectable” en zonas más alejadas, según la agencia Kiodo.
El ministro de Industria, Yasutoshi Nishimura, ha defendido la importancia de hacer públicos este tipo de datos y de actuar “con la máxima transparencia” para que otros países levanten de manera “inmediata” las restricciones impuestas a la exportación de productos de la zona.
China anunció el jueves la detención de todas las importaciones de pescado y marisco.