NACIONES UNIDAS (AP) — Los extremistas del grupo Estado Islámico han duplicado prácticamente el territorio que controlan en Mali en menos de un año, y sus rivales ligados a Al Qaeda están aprovechando el estancamiento y la percepción de debilidad de los grupos armados que firmaron un acuerdo de paz en 2015, dijeron expertos de Naciones Unidas en un nuevo reporte.
El estancamiento en la aplicación del acuerdo de paz y los continuos ataques a las comunidades han ofrecido a ISIS y a los grupos afiliados a Al Qaeda una posibilidad de “recrear el escenario de 2012”, apuntó el informe.
Entonces hubo un golpe de Estado militar en marzo y los rebeldes del norte formaron un estado islámico dos meses más tarde. Los extremistas fueron expulsados del poder en el norte con la ayuda de una operación militar liderada por Francia, pero se trasladaron desde la árida región al centro de Mali, más poblado, en 2015 y siguen activos.
El grupo de expertos indicó en su reporte que el estancamiento en la aplicación del acuerdo — especialmente en lo relativo al desarme, a la desmovilización y a la reintegración de los combatientes en la sociedad — está permitiendo a Jama’a Nusrat ul-Islam wa al-Muslimin, un grupo ligado a Al Qaeda conocido como JNIM, competir por el liderazgo en el norte.
La violencia continuada y los ataques, perpetrados en su mayoría por combatientes de Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS), una rama de ISIS, hacen también que los firmantes del acuerdo de paz “parezcan proveedores de seguridad débiles y poco fiables” para las comunidades atacadas, añadieron.
El JNIM está aprovechando este debilitamiento “y se está posicionando como el único actor capaz de proteger a las poblaciones contra ISGS”, apuntaron.
De acuerdo con el reporte, la junta militar que gobierna Mali observa la confrontación entre los afiliados a ISIS y de Al Qaeda desde la distancia.
Los expertos citaron fuentes que dijeron que el gobierno cree que, con el tiempo, el enfrentamiento en el norte beneficiará a las autoridades malienses, pero otras fuentes consideran que el tiempo juega a favor de los terroristas “cuyas capacidades militares y penetración en la comunidad crecen cada día”.
En junio, la junta de Mali ordenó que la salida de fuerza de paz de la ONU y de sus 15.000 soldados internacionales tras una década trabajando para tratar de frenar la insurgencia yihadista. El Consejo de Seguridad puso fin al mandato de la misión el 30 de junio.
Según los expertos, los grupos armados que firmaron el acuerdo de 2015 expresaron su preocupación porque el acuerdo de paz pudiese fracasar sin la mediación de la ONU, “exponiendo así a las regiones norteñas al riesgo de otro levantamiento".
La fuerza de Naciones Unidas, o MINUSMA, “jugó un papel crucial" al facilitar las conversaciones entre las partes, controlar y reportar la aplicación del acuerdo e investigar las supuestas violaciones, añadió el comité.
El reporte de 104 páginas describió una imagen desalentadora de otros disturbios y abusos en el país.
Según los expertos, los grupos terroristas y armados que firmaron el pacto de 2015 y redes transnacionales de delincuencia organizada compiten por el control de las rutas comerciales y de contrabando que cruzan Gao y Kidal, dos regiones del norte.
“Mali sigue siendo un punto caliente para el narcotráfico en África Occidental y entre los países costeros del Golfo de Guinea y el norte de África, en ambas direcciones”, indicó el reporte, añadiendo que muchos de los traficantes de drogas más relevantes están asentados en la capital, Bamako.
Los expertos afirmaron que siguen especialmente preocupado por la persistente violencia sexual relacionada con el conflicto en las regiones de Menaka, en el este, y Mopti, en el centro, “sobre todo la que afecta a los socios de seguridad extranjeros de las fuerzas armadas malienses”, el Grupo Wagner.
“El panel cree que se está empleando la violencia contra las mujeres y otras formas de abusos graves contra los derechos humanos y el derecho humanitario internacional, especialmente por parte de los socios de seguridad extranjeros, para sembrar el terror entre la población”, indicó el informe.