MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
A diferencia de las galaxias con brazos espirales irregulares o interrumpidos, las galaxias espirales de gran diseño cuentan con brazos espirales prominentes y bien desarrollados como los que se muestran en esta imagen. Este retrato galáctico es una imagen compuesta que integra datos de la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) de Webb y el innovador instrumento de infrarrojo medio (MIRI).
En esta imagen, las regiones de color rojo oscuro trazan el polvo filamentoso y cálido que impregna el medio de la galaxia. Las regiones rojas muestran la luz reprocesada de moléculas complejas que se forman en los granos de polvo, mientras que los colores naranja y amarillo revelan las regiones de gas ionizado de los cúmulos estelares recién formados. La retroalimentación estelar tiene un efecto dramático en el medio de la galaxia y crea una red compleja de nudos brillantes, así como cavernosas burbujas negras, informa la ESA.
M51, también conocida como NGC 5194 o Galaxia del Remolino, se encuentra a unos 27 millones de años luz de la Tierra, en la constelación de Canes Venatici, y está atrapada en una relación tumultuosa con su vecina más cercana, la galaxia enana NGC 5195. La interacción entre estas dos galaxias ha convertido a estas vecinas galácticas en uno de los pares de galaxias mejor estudiados en el cielo nocturno. Se cree que la influencia gravitacional de la compañera más pequeña de M51 es parcialmente responsable de la naturaleza majestuosa de los prominentes y distintos brazos espirales de la galaxia.
Esta observación de Webb de M51 es una de una serie de observaciones tituladas colectivamente Feedback in Emerging extragalactic Star clusTers, o FEAST. Las observaciones de FEAST fueron diseñadas para arrojar luz sobre la interacción entre la retroalimentación estelar y la formación de estrellas en entornos fuera de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. La retroalimentación estelar es el término utilizado para describir el flujo de energía de las estrellas hacia los entornos que las forman, y es un proceso crucial para determinar el ritmo al que se forman las estrellas. Comprender la retroalimentación estelar es vital para construir modelos universales precisos de formación estelar.
El objetivo de las observaciones de FEAST es descubrir y estudiar guarderías estelares en galaxias más allá de nuestra Vía Láctea. Antes de que Webb entrara en funcionamiento, otros observatorios como el Atacama Large Millimeter Array en el desierto chileno y el Hubble nos han dado una idea de la formación estelar, ya sea al inicio (rastreando las densas nubes de gas y polvo donde se formarán las estrellas) o después de que las estrellas hayan destruido con su energía sus nubes natales de gas y polvo.
Webb está abriendo una nueva ventana a las primeras etapas de la formación estelar y la luz estelar, así como al reprocesamiento energético del gas y el polvo. Los científicos están viendo por primera vez cúmulos de estrellas emergiendo de su nube natal en galaxias más allá de nuestro grupo local. También podrán medir cuánto tiempo tardan estas estrellas en contaminarse con metales recién formados y limpiar el gas (estas escalas de tiempo difieren de una galaxia a otra).
Al estudiar estos procesos, comprenderemos mejor cómo se regula el ciclo de formación de estrellas y el enriquecimiento de metales dentro de las galaxias, así como cuáles son las escalas de tiempo para que se formen planetas y enanas marrones. Una vez que se elimina el polvo y el gas de las estrellas recién formadas, no queda material para formar planetas, señala la ESA en un comunicado.