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Residentes de Florida y Georgia, entre calles inundadas y sin electricidad tras paso de Idalia

Jewell Baggett, de pie junto a una decoración navideña que recuperó de entre los restos de la casa de su madre, mientras busca otras pertenencias en la casa rodante que su abuelo adquirió en 1973 y en la que se hicieron varias ampliaciones a lo largo AP (Rebecca Blackwell/AP)

HORSESHOE BEACH, Florida, EE.UU. (AP) — Los habitantes de Florida y Georgia que viven en la zona azotada por el huracán Idalia rebuscaban el jueves entre montones de escombros donde alguna vez hubo casas, colocaban lonas sobre techos destrozados y caminaban con cautela por un laberinto de calles que quedaron bajo el agua u obstruidas con árboles caídos y peligrosos cables eléctricos.

En Valdosta, una ciudad de 55.000 habitantes en el sur de Georgia, el residente Desmond Roberson, quien condujo junto con un amigo para comprobar los daños, dijo que en una calle había árboles caídos casi sobre todas las casas. Las carreteras seguían bloqueadas por troncos y cables eléctricos caídos, y los semáforos seguían apagados en las principales intersecciones. Dijo que las pocas gasolineras que estaban abiertas tenían largas filas.

“Es un laberinto... Tuve que dar la vuelta tres veces, sólo porque los caminos estaban bloqueados”, dijo Roberson.

Casi todas las 600 lonas que las autoridades habían reservado para cubrir los techos dañados habían sido reclamadas para el jueves por la mañana, dijo Meghan Barwick, portavoz del condado Lowndes.

Más de 24.000 viviendas y negocios en el condado de unos 120.000 habitantes seguían sin electricidad, según Barwick, quien dijo que los residentes deberían estar preparados para pasar varios días más sin luz ni aire acondicionado.

Las tareas de rescate y recuperación estaban en pleno apogeo en la remota zona de Big Bend en Florida, donde Idalia tocó tierra con vientos de 201 kilómetros por hora (125 millas) el miércoles, destruyendo casas, arrancando techos, partiendo árboles altos y convirtiendo calles en ríos.

“He visto muchos daños realmente desgarradores”, dijo el gobernador de Florida, Ron DeSantis, mientras recorría el área con su esposa, Casey, y funcionarios federales de emergencia. Señaló que una iglesia de la zona de Big Bend quedó anegada por más de 1,2 metros (4 pies) de agua.

Antes de dirigirse hacia el Atlántico el jueves, Idalia giró hacia el este, inundando muchas de las playas de Carolina del Sur y dejando sin electricidad a algunos usuarios en el estado y Carolina del Norte. Los meteorólogos pronosticaron que la tormenta debilitada seguirá alejándose de Estados Unidos durante varios días, aunque funcionarios en las Bermudas advirtieron que Idalia podría azotar la isla a principios de la próxima semana como tormenta tropical.

Hasta el momento, las autoridades en Estados Unidos han confirmado una muerte, la de un hombre golpeado por la caída de un árbol en Georgia. Hasta medio millón de clientes se quedaron sin electricidad en un momento dado en Florida y Georgia cuando la tormenta derribó postes del tendido eléctrico.

El presidente Joe Biden habló con el gobernador DeSantis y prometió toda ayuda federal disponible. Biden también anunció que iría a Florida el sábado para evaluar él mismo los daños.

La tormenta todavía era una amenaza, con vientos de 145 km/h (90 mph), cuando azotó directamente Valdosta, dijo el gobernador de Georgia, Brian Kemp.

“Somos afortunados de que esta tormenta fuera estrecha, se moviera rápido y no se quedara sobre nosotros”, dijo Kemp en una conferencia de prensa el jueves en Atlanta.

Los datos preliminares indican que la marea alta del miércoles por la noche alcanzó algo más de 2,8 metros (9,2 pies), que es 0,9 metros (3 pies) por encima de lo normal y la quinta lectura más alta en el puerto de Charleston desde que comenzaron a llevarse registros en 1899.

Las bandas de Idalia también provocaron tornados breves. Uno volcó un automóvil en los suburbios de Goose Creek, Carolina del Sur, causando heridas leves a personas, dijeron las autoridades. No se reportaron daños importantes.

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Los periodistas de The Associated Press Russ Bynum, Jeff Amy, Jeffrey Collins, Lisa J. Adams Wagner y Kathy McCormack contribuyeron a este despacho.

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La cobertura climática y ambiental de The Associated Press recibe el apoyo de varias fundaciones privadas. La AP es la única responsable de todo el contenido.

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