MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
La caída del índice en agosto fue resultado de la contracción en los volúmenes de pedidos en cartera. El total de nuevos pedidos disminuyó por quinto mes consecutivo por la fragilidad de la demanda y la última reducción ha sido la más intensa desde que comenzó la pandemia.
"Tenemos bastante certeza de que el sector manufacturero ha entrado en una recesión, que comenzó en el segundo trimestre. Estimamos que la caída de la industria se ha agudizado", resumió Cyrus de la Rubia, economista jefe de Hamburg Commercial Bank, para quien, a corto plazo, "la situación empeorará antes de volver a mejorar".
"La debilidad proviene sobre todo de la demanda interna. Mientras que los nuevos pedidos de exportación disminuyeron a aproximadamente el mismo ritmo que en julio, la desaceleración de los nuevos pedidos en total se intensificó marcadamente", sostiene De la Rubia.
A pesar de la caída de la actividad, el sentimiento empresarial mejoró en agosto hasta su nivel máximo en seis meses por la expectativa de que la demanda crezca a lo largo del próximo año y el empleo aumentó por primera vez en tres meses.
"Pese a que el panorama en general no es demasiado positivo, las firmas industriales se mantienen bastante optimistas. Una mayor proporción de colaboradores de la encuesta indicó que esperan un aumento de la producción en los próximos doce meses. Este resultado concuerda con la observación de que los empleadores dejaron de recortar personal, después de dos meses de reducciones modestas", ha apuntado De la Rubia.