Los habitantes de la Ciudad de México de cadera ancha y glúteo pronunciado tienen mayor esperanza de vida que los que acumulan grasa en la parte central y de manera general en su organismo, revela un investigación de más de 25 años de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Oxford Population Health, de Reino Unido.
“Haciendo mediciones antropométricas encontramos que la gente que tiene –de una manera muy simplona y poniéndolo muy sencillo– las caderas anchas, que tiene pompis grandes, tanto hombres como mujeres, viven más que las que no tienen muchas pompas”.
— Explicó a Publimetro el epidemiólogo Jesús Alegre Díaz, coautor del Estudio Prospectivo de la Ciudad de México.
Alegre Díaz lleva más de un cuarto de siglo estudiando la mortalidad en la capital con el Estudio Prospectivo de la Ciudad de México enfatiza que los índices de masa corporal (IMC) por encima de 25 kg/m2 (punto de inicio del sobrepeso y la obesidad) se asocian con un aumento en la tasa de mortalidad por causas derivadas de problemáticas como presión arterial, diabetes, lípidos en sangre y enfermedades cardíacas.
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Tras rigurosos análisis de una muestra de 30 mil habitantes de la CDMX de 35 años de edad en adelante, se encontró que una mayor adiposidad total y abdominal se relaciona negativamente con numerosas moléculas en la sangre vinculadas con la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas.
Investigaciones como la de Alegre Díaz recalcan que la obesidad aumenta el riesgo de padecer diversas enfermedades debido a alteraciones en la forma en que el cuerpo descompone los carbohidratos y las grasas, lo que se refleja en las moléculas que circulan en la sangre.
En contraste, la masa grasa y muscular almacenada –preferentemente– alrededor de las caderas –en la zona glúteo-femoral– se asoció con un mejor perfil metabólico y una relación más favorable con las partículas de lípidos en la sangre.
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“Existen explicaciones fisiológicas relacionadas que tienen que ver pues con el tamaño de la musculatura de las piernas. La gente que hace ejercicio acumuló un tipo de grasa que se llama grasa parda, y un cierto tipo de genotipo que impide que se acumule la grasa a nivel intraabdominal y la que se acumula en el resto del cuerpo, eso hace que la gente viva más”, puntualizó Alegre Díaz.
Alegre abundó en que, a diferencia de la grasa blanca que es una reserva de energía y supone entre el 20 y el 25% del peso corporal, la grasa parda tiene como función la termoregulación. Asimismo, detalló que algunos capitalinos propensos a tener cadera ancha y glúteo pronunciado tienen mutaciones en el gen GPR75, asociadas con disminución en el riesgo de padecer obesidad de hasta el 54%.
El dato
- De acuerdo con la Secretaría de Salud (Sedesa) local, el porcentaje de adultos mayores a 20 años que padecen sobrepeso y obesidad es del 75%; mientras que en niños ronda el 40%.