MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
El punto de inflexión para Birmania fue el golpe de Estado de febrero de 2021, que devolvió de nuevo el poder a las Fuerzas Armadas y, según Guterres, ha contribuido a un empeoramiento de la situación a múltiples niveles. Desde la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), el secretario general ha llamado a revertir estos retrocesos.
La ASEAN, de hecho, ha encabezado los esfuerzos de mediación con la junta militar y Guterres confía en los países que integran el bloque para "encontrar una solución política" en Birmania. Una solución, ha matizado, que pasa "por supuesto" por la excarcelación de "todos los presos políticos" y una hoja de ruta clara para "restablecer las instituciones democráticas".
El conflicto ha exacerbado las desigualdades y la vulnerabilidad de mujeres y niñas, víctimas de violencia sexual, matrimonios forzados y trata, y también ha empujado a miles de personas a abandonar sus hogares para buscar a la "desesperada" seguridad. Estos desplazados se sudan al éxodo rohingya de 2017 y que aún mantiene a más de un millón de personas en el vecino Bangladesh, en "el mayor campo de refugiados del mundo".
Guterres ha subrayado que la ONU trabaja para seguir afrontando las "drásticas necesidades humanitarias" de la población birmana, tanto dentro como fuera del país, pero ha lamentado que en los últimos años ha habido un "descenso significativo" de las donaciones internacionales.
"Es tiempo de restablecer el respaldo financiero internacional para Birmania a los niveles que sean necesarios, porque estamos asistiendo a una enorme tragedia y carecemos de los recursos necesarios para responder a ella", ha señalado el máximo responsable de Naciones Unidas desde Yakarta, Indonesia.