MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
El presidente del Parlamento de Israel, Amir Ohana, ha señalado que la coalición gubernamental podría no aceptar el veredicto del Tribunal Supremo sobre la conocida como 'cláusula de sensatez', clave del controvertido proyecto de reforma judicial, si opta por anularla después de que recibiera el respaldo de la Knesset.
Ohana ha dicho que una decisión en este sentido por parte del Supremo podría sumir al país "en el abismo" y ha recalcado que el Parlamento "no permitirá de forma sumisa ser pisoteado", antes de incidir en que "Israel está en una encrucijada y es necesario que el equilibrio entre las ramas del gobierno esté más claro que nunca".
"Como presidente del Parlamento, quiero poner una señal de stop", ha dicho, de cara a una vista en el Supremo que tendrá lugar el 12 de septiembre y en la que se analizará varios recursos contra la cláusula, que impediría a los tribunales intervenir en las decisiones del Ejecutivo en caso de que no considere que sean "razonables".
En este sentido, Ohana ha argumentado que desde 1977, año en que el Likud del primer ministro, Benjamin Netanyahu, se hizo con el poder por primera vez, el aparato judicial ha estado arrebatando competencias a los políticos hasta llegar a "un cruce peligroso", según ha informado el diario 'The Times of Israel'.
"Israel es democrático y, en una democracia, el pueblo es soberano. En un Estado democrático, el sistema judicial respeta la soberanía, al pueblo y a los funcionarios electos, y el respeto es mutuo. No hay debate y no puede haberlo sobre la cuestión de si la Knesset ha autorizado al tribunal a anular Leyes Básicas", ha recalcado.
Por otra parte, ha pedido a los partidos políticos un acuerdo sobre el proyecto de reforma, si bien ha incidido en que, si no se logra, "esto no autoriza al tribunal a adoptar una decisión en lugar de funcionarios electos. "Esta situación llevaría a un incidente sin precedentes en un país democrático", ha zanjado.
Tras sus palabras, el ministro de Justicia israelí, Yariv Levin, ha aplaudido su "valiente discurso", mientras que el ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, ha defendido que el Tribunal Supremo no tiene autoridad "para deliberar o invalidar" Leyes Básicas, que componen el corpus constitucional de Israel, que carece de Carta Magna.
Por contra, el partido opositor Unidad Nacional ha dicho que las palabras de Ohana son una receta para la "anarquía" y ha criticado que "los que por la mañana quieren alcanzar acuerdos para salvaguardar el Estado de Derecho no pueden amenazar por la tarde con desmantelarlo".