TOKIO (AP) — El primer ministro de Japón dijo que la prohibición de China a los productos pesqueros japoneses en reacción a la liberación de agua radiactiva tratada de una planta de energía nuclear devastada por un tsunami contrasta con la amplia comprensión mostrada por muchos otros miembros de la comunidad internacional.
La central nuclear de Fukushima Daiichi, en la costa nororiental de Japón, empezó a liberar al Océano Pacífico aguas residuales radiactivas tratadas y diluidas a finales de agosto. La comunidad pesquera japonesa se opone a la liberación, preocupada por la reputación de los pescados que captura. China prohibió inmediatamente todos los productos del mar japoneses.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, dijo a los periodistas el miércoles en Yakarta, Indonesia, después de una sesión a la que asistieron líderes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), así como de Corea del Sur y China, que la liberación de agua tratada se realiza bajo estándares internacionales de seguridad y con la ayuda del Organismo Internacional de Energía Atómica.
Aseguró que Japón ha logrado una amplia comprensión de la comunidad internacional y que, en marcado contraste, la prohibición general de China sobre los productos del mar japoneses “sobresalía”.
La central nuclear de Fukushima Daiichi sufrió importantes daños a causa de un terremoto de magnitud 9,0 y un tsunami que azotó Japón el 11 de marzo de 2011.
Kishida dijo que se acercó al primer ministro chino, Li Qiang, durante un receso de la cumbre de la ASEAN y le explicó el esfuerzo de Japón sobre la descarga de agua tratada. Fue el primer contacto en persona de alto nivel entre los dos países desde que comenzó la descarga el 24 de agosto.
El primer ministro japonés dijo que reiteró el manejo científico de Japón de la liberación de agua tratada, enfatizando la importancia de un enfoque científico y la publicación de información precisa. Kishida se negó a comentar sobre la respuesta de Li.
China es el mayor destino de las exportaciones japonesas de productos del mar, aunque representa una pequeña parte del comercio total, y los exportadores japoneses se vieron muy afectados por la prohibición.