Después de año y medio de lucha en Ucrania, Rusia necesita reabastecer sus suministros de municiones frente a lo que podría ser una guerra larga de desgaste. Además de incrementar su propia producción de armas, Moscú ha decidido recurrir a un antiguo aliado que tiene vastos arsenales: Corea del Norte.
Según diversas proyecciones, el aislado y solitario país asiático posee millones de proyectiles de artillería y cohetes que podrían dar norme impulso al ejército ruso.
Funcionarios de Estados Unidos creen que el gobernante norcoreano Kim Jong Un, en su visita a Rusia en los próximos días, podría sellar con el presidente Vladímir Putin un acuerdo para la transferencia de municiones. Si esto sucede invertiría los papeles de ambos países respecto de la Guerra de Corea de 1950 a 1953, cuando la Unión Soviética suministró armas y municiones a Corea del Norte.
“Sabemos que el ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu se interesó principalmente en proyectiles de artillería durante su reciente visita (a Corea del Norte), y lo más probable es que ese asunto será tratado entre Putin y Kim Jong Un”, dijo Alexander Gabuev, director del Centro Carnegie para Rusia y Eurasia.
Shoigu se convirtió en el primer titular de defensa rusa en visitar Corea del Norte desde el derrumbe de la Unión Soviética en 1991. Las imágenes de Shoigú durante un gigantesco desfile militar en julio en la capital, Pyongyang, al lado de Kimg y la cúpula militar norcoreana cargada de medallas en sus uniformes, fue una fuerte señal del dinámico acercamiento de Moscú con Corea del Norte. Shoigu dijo que había posibilidades de efectuar maniobras militares conjuntas.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, se abstuvo de hacer declaraciones cuando le preguntaron sobre la visita de Kim y la posibilidad de un acuerdo mediante el cual Corea del Norte abastezca armas a Rusia.
Sin embargo, enfatizó que Moscú aprecia sus vínculos con Pyongyang y agregó: “Corea del Norte es nuestro vecino, y desarrollaremos aun más nuestras relaciones sin mirar hacia las opiniones de otros países”.
Kim visitó Rusia por primera vez en 2019 y sostuvo conversaciones con Putin que incluyeron compromisos de una cooperación más estrecha pero han carecido de avances visibles.
Aunque el grueso de los arsenales del Ejercito norcoreano es anticuado, su enorme volumen podría dotar a las fuerzas armadas rusas de un posible elemento crucial en medio del conflicto más largo en Europa desde al Segunda Guerra Mundial.
Hong Min, analista del Instituto para la Unificación Nacional de Corea, con sede en Seúl, dijo que Rusia podría convertir a Corea del Norte es una “base de retaguardia” porque Pyongyang podría suministrarle municiones a gran escala para sus esfuerzos de guerra.
“Rusia espera que Corea del Norte pueda establecer con rapidez canales de apoyo para que le abastezca materiales de guerra como municiones, bombas y otros suministros”, dijo Hong.
Estados Unidos dijo que Corea del Norte vendió en noviembre algunas municiones a la compañía militar privada de Rusia, Wagner. Tanto las autoridades rusas como las norcoreanas han negado que Pyongyang hubiera enviado armas o municiones a Rusia o que tenga la intención de hacerlo.
Funcionarios estadounidenses consideran que el intento de Moscú para conseguir armas norcoreanas refleja los problemas de las fuerzas militares de Rusia. El asesor de seguridad de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo que sigue siendo una “interrogante” la calidad de las armas norcoreanas.
“Dice mucho que Rusia tenga que recurrir a un país como Corea del Norte en su intento para reforzar su capacidad de defensa en una guerra que esperaba terminaría en una semana”, dijo Sullivan.
Aunque Washington ha advertido a Pyongyang que no envíe armas a Rusia, lo que violaría un embargo de Naciones Unidas a cualquier suministro de armas desde o hacia Corea del Norte, los observadores afirman que Estados Unidos puede hacer poco para impedirlo.
Subrayan que Moscú podría compartir tecnología avanzada nuclear, de misiles y submarinos con Pyongyang a cambio del suministro de armas, una acción que podría envalentonar a Kim y aumentar los principales peligros a la seguridad regional.
“Estados Unidos y sus aliados tienen limitadas opciones políticas para enfrentar este nuevo desafío”, dijo en un análisis el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington.
Aunque los enormes arsenales de Corea del Norte podrían reforzar a la máquina de guerra de Rusia, Moscú ha importado drones de otro aliado, Irán, que han tenido una participación importante en la lucha.
Rusia ha utilizado los drones explosivos Shahed para atacar infraestructura de Ucrania desde hace más de un año. Tras la sorpresa inicial, las defensas antiaéreas ucranianas han mejorado su habilidad para enfrentarlos, pero esos drones baratos y sencillos que tienen un alcance que rebasa los 1.500 kilómetros (930 millas) continúan infligiendo importantes daños.
Según versiones de prensa, Rusia compró a Irán una licencia para fabricar los drones y construyó una fábrica que produzca miles de ellos al año.
Se prevé que Irán aportará inicialmente los materiales y la tecnología, y la planta cambiará gradualmente a componentes producidos dentro del país.