MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
El último análisis sobre las necesidades de refugiados y migrantes de 2023 desvela que pese a los esfuerzos de los países de acogida para regularizar e integrar a todas estas personas, la crisis mundial y regional afecta especialmente a quienes salen de Venezuela, que también corren el riesgo de ser víctimas de abusos, tráfico de personas, reclutamiento forzado y violencia de género.
Así, aunque "las iniciativas de regularización en la región son el camino hacia una vida digna", tal y como señala el representante especial conjunto de la OIM y ACNUR para Venezuela, Eduardo Stein, el 60 por ciento de los venezolanos con documentación en regla no tiene un acceso adecuado a los derechos básicos.
"El hecho de que la mitad de las personas venezolanas en la región enfrenten barreras para recibir atención médica y no puedan permitirse tres comidas al día o acceder a una vivienda adecuada, evidencia la urgente necesidad de apoyo internacional", ha expuesto Stein.
El estudio, realizado por la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para los Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), evidencia que pese a los "resultado positivos" de estas iniciativas, un tercio de los venezolanos refugiados en América Latina y el Caribe no han podido regularizar aún su situación, lo que impide que puedan acceder a trabajos bien remunerados.
Esta situación ha provocado, por ejemplo, que el 19 por ciento de los menores de edad de estas familias hayan dejado de acudir al colegio por empleos informales y mal remunerados para ayudar a la economía familiar.
"Los países de la región necesitan urgentemente una mayor financiación", reclama un informe, en el que se alerta de que de los 1.720 millones de dólares solicitados por R4V apenas se ha recibido el 12 por ciento de estos fondos.
Según cifras oficiales y estimaciones de los países de acogida y de la Plataforma R4V, hasta agosto de 2023 había más de 7,7 millones de personas refugiadas y migrantes procedentes de Venezuela en todo el mundo, de las cuales más de 6,5 millones de ellas se encuentran en 17 países de América Latina y el Caribe.