CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Ser 12 veces rechazado no es un motivo para dejar de luchar por un sueño, como lo demuestra el filme “A Million Miles Away” (“A millones de kilómetros”) sobre el astronauta de origen mexicano José Hernández, que debuta este fin de semana en Prime Video.
Hernández nació en California, hijo de padres inmigrantes mexicanos originarios de Michoacán. Cuando era niño trabajaba con sus padres y hermanos en los campos de siembra, mudándose constantemente para cosechar diferentes productos como uva y maíz. Su familia vivía con pocos recursos, por lo que dependían del trabajo de todos sus integrantes.
La llegada del hombre a la Luna y otras misiones espaciales posteriores hicieron que Hernández deseara desde pequeño ser astronauta. Cómo lo logró es retratado en el filme de la directora mexicana Alejandra Márquez Abella, protagonizado por Michael Peña en el papel de Hernández.
“Creo que lo que vas a encontrar en ‘A Million Miles Away’ es la historia de alguien que sueña en grande y convierte ese sueño en realidad; debes ver el proceso que se requiere, la receta que me enseñó mi padre”, dijo Hernández en una entrevista reciente. “Las pequeñas cosas que la gente hizo alrededor de mí para ayudarme a lograr esa meta”.
Una de esas personas fue su maestra de primaria, pues convenció a los padres de Hernández de que sería mejor para su educación permanecer en un solo lugar. Hernández estudió ingeniería eléctrica en la Universidad del Pacífico y un posgrado de ingeniería eléctrica y computación en la Universidad de California. Comenzó a trabajar en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore donde se especializó en láser y rayos x. Pero no dejó de lado su meta de ser astronauta.
Finalmente, el 28 de agosto de 2009, Hernández despegó como parte de la misión STS-128 Discovery con destino a la Estación Espacial Internacional, donde unieron el módulo Leonardo y transfirieron miles de kilos de equipo y suministros a la estación. También tuvieron tres caminatas espaciales.
“El simple hecho de que quería ser astronauta, eso me motivó a ir a la universidad... Me enseñó a pilotear, me metí a bucear y aprendí un tercer idioma”, dijo Hernández de visita en la Ciudad de México para presentar el filme. “El tal hecho de que quería ser astronauta me llevó a este camino. Es lo que siempre le digo a los jóvenes: ‘Aseguren que están disfrutando el camino a su destino porque ese es el 80 o 90% de su tiempo y esfuerzo’”.
Algo que deja muy claro la película de Márquez Abella es que la meta no se logró en solitario. Vemos a Hernández como padre de familia. También vemos que sus padres, interpretados por Julio César Cedillo y Verónica Falcón, renunciaron a algunas de sus metas para que pudiera estudiar.
“Mi esposa tuvo un papel importante, también fue mi familia; mis padres tuvieron un papel superimportante al darme el permiso de soñar”, dijo Hernández. “Hay un dicho que dice que se requiere un pueblo entero (para lograr las cosas) y este es el ejemplo clásico, pero los sueños sí se hacen realidad si uno trabaja duro por ellos”.
Para Márquez Abella, cuyo filme “El norte sobre el vacío” se alzó este fin de semana con el Premio Ariel a la mejor película otorgado por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, hacer un drama hablado en inglés, respaldado por Amazon Studios, con valores de producción internacionales y un estreno mundial es de alguna manera llegar a su propio sueño cumplido.
“Era un poco como la NASA para mí llegar a eso”, dijo “Sentirme segura, sentirme confiada de llegar y presentarme como soy, como quien soy, con los intereses que tengo. Pero la verdad es que eso se transforma rápidamente en una responsabilidad, tienes que aguantar esa responsabilidad y saber cargarla en tus hombros”.
Los intereses de la cineasta, entre cuyos créditos destaca también “Las niñas bien”, se ven reflejados en la atención que pone a mostrar a la esposa de Hernández, Adela, quien es interpretada en el filme por Rosa Salazar, no sólo como su acompañante, sino como una impulsora de sus logros y en la dinámica familiar con sus cinco hijos en el proceso de conseguirlo.
“Para mí era importante poner a un lado de volar jets T-38, jets supersónicos, sacar la basura; es igual de heroico en la película”, dijo Márquez Abella. “Yo diría que esta es una película sobre un superhéroe de la vida real, porque me gusta que en la película decimos que la tenacidad es un superpoder y creo que eso es lo que José tiene que mostrarnos”.
La cinta se rodó en México con un equipo méxico-estadounidense que incluye a la directora de fotografía Dariela Ludlow y al creador de la música original Camilo Lara. Está basada en el libro de Hernández “Reaching for the Stars: The Inspiring Story of a Migrant Farmworker Turned Astronaut” ("El Cosechador De Estrellas: La inspiradora historia de un labrador itinerante convertido en astronauta”) y cuenta con un guion escrito por Márquez Abella, Bettina Gilois y Hernán Jiménez.
Hernández sigue enamorado del espacio y si bien no fue el primero, explicó que las tortillas que comen los astronautas son una contribución importante de la gastronomía mexicana para las misiones.
“El pan crea mucha borona y puede entrar a los ojos o a los sistemas electrónicos, entonces la aportación de nosotros en México es que a alguien se le ocurrió llevar tortillas”, dijo. “Es lo que utilizamos allá en el espacio; es algo que siempre llevamos”.
En cuanto a la gente que en 2023 cree que la Tierra es plana, les tiene malas noticias.
“Para mí es absurdo que todavía existan esos pensamientos, especialmente porque han ido varios países al espacio; ya tenemos empresas de sector privado que tienen sus propias naves que van al espacio. Si estuviera plano, yo creo que alguien, que tenga credibilidad, diría ‘miren esta foto, se ve plana la Tierra’”, señaló. “A mí me da mucha tristeza porque a veces hay gente con influencia... diciendo que el mundo es plano, para dar esas opiniones, ¡ya ni la muelan!”.