MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
La presencia de este alga ha hecho saltar todas las alarmas y ha despertado preocupaciones serias respecto a la salud pública ya que el 40 por ciento del agua potable de Irlanda del Norte procede de este lago.
"Los riesgos, según tengo entendido, son dolores de cabeza, mareos y náuseas. A largo plazo, se pueden producir daños hepáticos o neurológicos, por lo que no es algo con lo que se pueda jugar", han explicado a Sky News miembros de la familia McErlain, que lleva generaciones pescando en esas aguas.
Las bacterias contaminantes que se están apoderando del lago proceden de los vertidos agrícolas y de las aguas residuales y su origen se encuentra principalmente en el exceso de nutrientes (nitratos y fosfatos) de ambos.
La comunidad científica ha señalado al ser humano como principal responsable de este fenómeno, aunque ha matizado también que el cambio climático, el aumento de la temperatura del agua y la proliferación de ciertas especies como los mejillones cebra no están ayudando.