DOHA, Qatar (AP) — Cinco estadounidenses que estuvieron detenidos durante años en Irán descendieron el lunes de un avión hacia su libertad, tomados de los brazos, como parte de un acuerdo en el que el presidente de Estados Unidos Joe Biden accedió a descongelar casi 6.000 millones de dólares en activos iraníes que eran adeudados por un tercer país, Corea del Sur.
El éxito de las negociaciones para la liberación de los estadounidenses le valió a Biden varios agradecimientos por parte de sus familias, pero también las críticas de sus rivales republicanos y de otros opositores por el acuerdo monetario con uno de los principales adversarios de Estados Unidos.
"Hoy, cinco estadounidenses inocentes que fueron encarcelados en Irán finalmente están regresando a casa”, dijo Biden en un comunicado publicado mientras el avión en el que viajaba el grupo desde Teherán aterrizaba en Doha, Qatar. Estaba programado que el avión que llevaría a los estadounidenses a casa despegara el lunes por la noche.
El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, presente en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, señaló que el intercambio del lunes podría ser “un paso en la dirección de una acción humanitaria entre nosotros y Estados Unidos”.
“Sin duda puede ayudar a generar confianza”, declaró Raisi a los periodistas.
Sin embargo, es casi seguro que se mantengan las tensiones entre Estados Unidos e Irán, que tienen diferencias en disputas sobre el programa nuclear de Teherán y otros asuntos. Irán afirma que el programa es pacífico, pero ahora enriquece uranio más cerca que nunca de niveles aptos para armamento.
El canje se llevó a cabo mientras Estados Unidos refuerza de forma considerable su presencia militar en el Golfo Pérsico, con la posibilidad de que tropas estadounidenses aborden y escolten barcos comerciales en el estrecho de Ormuz, por el que pasa el 20% de los embarques globales de crudo.
Cuando el avión se detuvo en Doha, tres de los prisioneros bajaron las escaleras. Abrazaron al embajador de Estados Unidos en Qatar, Timmy Davis, y a otras personas.
Los tres prisioneros, Siamak Namazi, Emad Sharghi y Morad Tahbaz, colocaron los brazos sobre los hombros del otro y caminaron hacia un edificio del aeropuerto.
En una declaración emitida en su nombre, Namazi dijo: “Hoy no sería libre si no fuera por todos ustedes que no permitieron que el mundo me olvidara".
“Gracias por ser mi voz cuando no podía hablar por mí mismo y por asegurarse de que se me escuchara cuando reunía fuerzas para gritar desde detrás de los impenetrables muros de la prisión de Evin”, afirmó.
Estados Unidos no identificó por el momento a los otros dos prisioneros estadounidenses, todos ellos liberados a cambio de cinco iraníes bajo custodia estadounidense y del descongelamiento de los activos iraníes. El gobierno de Biden dijo que los cinco iraníes liberados no representan ninguna amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Familiares de dos de los estadounidenses encarcelados, Effie Namazi y Vida Tahbaz, que tenían prohibido viajar a Irán, también iban a bordo del avión. Las mujeres también se tomaron de los brazos en la pista de Qatar.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Nasser Kanaani, dijo que dos de los prisioneros iraníes permanecerán en Estados Unidos. Mientras tanto, Nour News, un sitio web que se cree cercano al aparato de seguridad de Irán, dijo que dos de los prisioneros iraníes estaban en Doha para el canje.
Nour News identificó a los dos iraníes liberados en Doha como Mehrdad Ansari, un iraní condenado por Estados Unidos a 63 meses en prisión en 2021 por obtener equipo que podría utilizarse en misiles, guerra electrónica, armas nucleares y otros equipos militares, y Reza Sarhangpour Kafrani, un iraní acusado en 2021 por presunta exportación ilegal de equipos de laboratorio a Irán.
Los 5.900 millones de dólares en efectivo liberados a Irán representan dinero que Corea del Sur debía a Irán por petróleo comprado antes de que Estados Unidos impusiera sanciones sobre ese tipo de transacciones en 2019.
Estados Unidos sostiene que, una vez en Qatar, el dinero se mantendrá en cuentas restringidas y sólo podrá utilizarse para comprar productos humanitarios, como medicamentos y comida. Esas transacciones están permitidas ahora según las sanciones contra la república islámica por su programa nuclear.
Funcionarios del gobierno iraní han estado de acuerdo en gran medida, aunque algunos partidarios de línea dura han insistido, sin presentar pruebas, en que no habría restricciones sobre la forma en que Teherán gaste el dinero.
El intercambio se produce antes de la reunión de mandatarios mundiales en la Asamblea General de la ONU que se celebra esta semana en Nueva York, en la que intervendrá Raisi.
El acuerdo ya ha provocado que Biden enfrente nuevas críticas por parte de republicanos y otros sectores que afirman que el gobierno está ayudando a impulsar la economía iraní en un momento en que Irán representa una amenaza creciente para las tropas estadounidenses y los aliados de Medio Oriente. Esto podría tener implicaciones en su campaña de reelección.
El expresidente Donald Trump, actualmente el principal aspirante republicano en las encuestas rumbo a las elecciones presidenciales de 2024, aseveró en su red social Truth Social que el acuerdo era “absolutamente ridículo”. El líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell, acusó a Biden de “recompensar e incentivar el mal comportamiento de Teherán”.
Biden tuvo lo que la Casa Blanca señaló que había sido una emotiva conversación telefónica con las familias de los estadounidenses liberados.
En su comunicado, Biden instó a los estadounidenses a no viajar a Irán y exigió más información sobre lo ocurrido a Bob Levinson, un estadounidense que fue reportado como desaparecido hace años. El gobierno de Biden también anunció nuevas sanciones contra el expresidente iraní Mahmud Ahmadineyad y el Ministerio de Inteligencia iraní.
El gobierno estadounidense, las familias de los presos y activistas han manifestado que los cargos contra los cinco estadounidenses carecen de fundamento.
Entre los estadounidenses se encontraban Namazi, detenido en 2015 y posteriormente condenado a 10 años de prisión por cargos de espionaje; Emad Sharghi, un inversor de capital riesgo condenado a 10 años; y Morad Tahbaz, un conservacionista británico-estadounidense de ascendencia iraní que fue detenido en 2018 y también recibió una condena de 10 años en prisión.
La hermana de Sharghi, Neda, dijo en un comunicado que no podía esperar "para abrazar a mi hermano y nunca dejarlo ir”.
“Se trata de mi hermano, no de una política abstracta”, añadió. “Estamos hablando de vidas humanas. No hay nada partidista en salvar las vidas de estadounidenses inocentes y hoy debería ser un momento de unidad estadounidense al darles la bienvenida a casa".
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, agradeció a Qatar, Suiza, Corea del Sur y Omán su ayuda para hacer posible el acuerdo. Biden se comprometió en un comunicado a seguir presionando para que “Irán y otros regímenes rindan cuentas por la cruel práctica de las detenciones ilegales”.
Irán y Estados Unidos tienen un historial de intercambio de prisioneros que se remonta a la toma de la embajada estadounidense en 1979 y a la crisis de rehenes tras la Revolución Islámica. Su último gran intercambio se produjo en 2016, cuando Irán llegó a un acuerdo con las potencias mundiales para restringir su programa nuclear a cambio de suavizar las sanciones.
Los países de Occidente acusan a Irán de utilizar prisioneros extranjeros, incluidos los que tienen doble nacionalidad, como moneda de cambio, una acusación que Teherán rechaza.
Las negociaciones sobre un gran canje de prisioneros fracasaron después de que el entonces presidente Trump retirara unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo nuclear en 2018. A partir del año siguiente, una serie de ataques y secuestros de barcos atribuidos a Irán han elevado las tensiones.
Irán también suministra a Rusia los drones portadores de bombas que Moscú utiliza para atacar sitios en Ucrania en su guerra contra Kiev, que sigue siendo otra gran disputa entre Teherán y Washington.
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Gambrell informó en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, y Lee en Washington. Los periodistas de The Associated Press Nasser Karimi y Amir Vahdat en Teherán, Irán; Paul Haven en Nueva York; Ellen Knickmeyer, Eric Tucker y Farnoush Amiri en Washington, y Aamer Madhani y Michelle Phillips en Nueva York contribuyeron a este despacho.