NACIONES UNIDAS (AP) — China dijo el jueves a dirigentes de todo el mundo que se considera parte del Sur Global, asegurando que se identifica con los objetivos y desafíos de las naciones menos desarrolladas a las que ofreció una alternativa a lo que define desde hace tiempo como la “hegemonía occidental”. El mensaje vino de un funcionario de rango intermedio después de que el influyente mandatario del país, Xi Jinping, se ausentó de nuevo de la reunión anual de la ONU.
Xi envió al vicepresidente Han Zheng a pronunciar una declaración política a la Asamblea General, la cual incluyó las habituales posturas de Beijing pero pareció centrarse en construir coaliciones a partir de su enfoque para el desarrollo y las relaciones internacionales.
“Como el país más grande en vías de desarrollo, China es un miembro natural del Sur Global. Respira el mismo aire que los demás países en desarrollo y comparte el mismo futuro con ellos”, dijo Han. Añadió que China apoya el “camino del desarrollo” de esas naciones “acorde a sus condiciones nacionales”.
El ambiguo término “Sur Global”, el cual ha aparecido con frecuencia este año en las Naciones Unidas, identifica a países de todo el mundo que están menos desarrollados y son menos ricos en comparación con las llamadas “naciones del primer mundo”. No se encuentran necesariamente en el Hemisferio Sur; de hecho, muchas no lo están.
Los gobernantes de algunas de las naciones más grandes en vía de desarrollo, como Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Narendra Modi, de India, se han proyectado recientemente como figuras en torno a las cuales podría unirse el Sur Global. Apenas el martes, Lula dijo ante la reunión de la ONU que “Brasil está de regreso”, en un discurso que fue percibido ampliamente como una maniobra centrada en el Sur Global. Por su parte, Modi fue anfitrión en enero pasado de la cumbre virtual “Voz del Sur Global”.
China también se ha proyectado de manera más ambigua en un papel similar desde hace más de una década, y más aún desde que Xi emprendió la “Iniciativa de la Franja y la Ruta” para impulsar el desarrollo, infraestructura e influencia de Beijing en otras naciones, en particular en aquellas en vías de desarrollo. El enorme proyecto se ha difundido ampliamente, pero ha enfrentado diversos obstáculos.
“China permanecerá como miembro de la gran familia de países en desarrollo”, señaló Han.
Esa declaración coincide con los intentos de Beijing por equilibrar —a menudo con gran habilidad— los beneficios de mantenerse como una nación en vías de desarrollo con las ventajas de ser una gran potencia global y diplomática y un contrapeso para Occidente.
Durante décadas, desde el comienzo de la “reforma y apertura” que emprendió Deng Xiaoping tras la muerte de Mao Zedong en 1976, China ha posicionado su enfoque en asuntos internos e internacionales como una alternativa a la “hegemonía occidental”. Esa contranarrativa es un pilar importante de la identidad internacional de Beijing. Las declaraciones de Han sobre el “Sur Global” el jueves encajan con esa añeja postura.
Y China se beneficia de ser relacionada con el Sur Global, lo que le permite diseñar declaraciones como si hablara a nombre de muchas naciones, países que quizá no tengan la fortaleza suficiente si un gobierno tan poderoso las interpreta erróneamente.
Considerar a China y su PIB de 18 billones de dólares como parte del Sur Global es a menudo un tema debatible. Durante la cumbre de Modi en enero pasado, se incluyó a 125 países, y China no fue uno de ellos. Esto quizá esté más relacionado con las relaciones, a menudo tensas, entre ambas naciones que con su actitud hacia el concepto en general.
Xi fue uno de los cuatro gobernantes de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU que no se presentaron esta semana en las Naciones Unidas. Emmanuel Macron, de Francia; Rishi Sunak, de Gran Bretaña, y Vladímir Putin, de Rusia, tampoco asistieron. El mandatario estadounidense Joe Biden fue el único de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad que pronunció un discurso.