MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
Sobre todo, el experto se ha referido a la salud mental en relación a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE). "Según un estudio del Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, en las mujeres que sufren un aborto, se multiplican por dos las posibilidades de caer en depresión y ansiedad y por cuatro el riesgo de suicidio", ha recordado el experto. "Por todo ello, las demandas derivadas de la modificada Ley Orgánica 2/2010, ha de agregarse la atención profesional a la salud mental de la mujer", ha añadido.
Gutiérrez ha recordado que la Estrategia de Salud Mental del SNS señala el género como factor social determinante de la salud "no actúa solo, sino que interactúa con otros determinantes sociales". "Al poner de relieve la influencia del género en la salud, y en la salud mental en particular, se destaca el hecho de que otros factores sociales puedan profundizar o contrastar el efecto del género en la salud", ha apuntado.
En este sentido, el experto ha repasado los principales aspectos identificados en relación con la salud mental y el género que deben tenerse en cuenta en la planificación y organización de estas políticas.
En primer lugar, ha recordado que los trastornos mentales más prevalentes se presentan de manera diferente por sexos y según las diferentes etapas en el ciclo vital. Si bien las mujeres están protegidas de algunos de los trastornos más graves asociados al neurodesarrollo que se manifiestan en la infancia y en la preadolescencia, a partir de la adolescencia este patrón cambia y la mujer desarrolla más problemas psiquiátricos que el hombre. De hecho, presentan índices más elevados de depresión, ansiedad, estrés, somatizaciones y trastornos de alimentación.
Así las cosas, el ginecólogo ha explicado que el mayor riesgo de mala salud mental entre las mujeres puede ser debido a factores como una mayor exposición a la pobreza y al exceso de trabajo, la discriminación socioeconómica y la violencia de género. "No obstante, a pesar de la mayor morbilidad psiquiátrica de las mujeres con respecto a los hombres, no se ha conseguido demostrar que las mujeres sean más vulnerables por su constitución biológica y fisiológica", ha precisado.
De entre todos los factores psicosociales, la violencia de género afecta directamente a la salud mental y bienestar de las mujeres que la padecen. Por tanto, esta violencia está en muchas ocasiones en el origen del trastorno mental.
"Es preciso promover el acceso a una atención a la salud mental de calidad, incluyendo los grupos de mayor fragilidad, como migrantes, personas con discapacidad, personas LGTBIQ+, personas mayores, personas en situación de pobreza, personas en situación de calle, personas en situación de exclusión social, víctimas de delitos y de tratos inadecuados, niños y adolescentes y personas en instituciones penitenciarias, entre otros", ha apuntado el presidente de la SEC.
LA MITAD DE LAS MUJERES NO SE ACOGE A LA BAJA LABORAL POR LA MENSTRUACIÓN
Por su parte, el presidente de la FEC, José Cruz, ha recordado que la mitad de las mujeres que necesitan acogerse a una baja laboral por reglas dolorosas no lo hacen debido al "estigma social" y al "miedo", según una encuesta de la Sociedad Española de Contracepción (SEC) y la Fundación Española de Contracepción (FEC) realizada en 2022.
Concretamente, el porcentaje de mujeres que desveló haber solicitado la baja o no haber acudido a su trabajo como consecuencia de la menstruación fue del 16,8 por ciento, la mitad de las mujeres que manifestaron haber sentido la necesidad de hacerlo (33%) en la encuesta, realizada sobre una muestra de 1.800 personas.
"Muchas tienen miedo, forma parte de un estigma social. Llamar al trabajo y decir que no te encuentras bien, no por Covid o una gripe, sino por la regla, no se ve bien laboralmente", ha explicado el presidente de la SEC, José Cruz Quílez, para agregar en que "la mitad de las personas no quiere vivir ese estigma, por lo que prefiere intentar pasar el día en el trabajo como se pueda". Además, según el presidente de la FEC, José Gutiérrez, estas mujeres "tienen miedo a la pérdida del puesto de trabajo, sobre todo cuando son trabajos muy precarios".
Por ello, según ambos expertos, se deben "cambiar las conciencias sociales y las conciencias de los responsables laborales", incluso de los educadores, para que se entienda que estas patologías "están ahí" y que "no se intenten banalizar".
Además, un 45 por ciento de las mujeres con la menstruación precisa de medicación para tratar el dolor. Este porcentaje se eleva a un 60 por ciento en las más jóvenes (entre 20 y 24 años) y a un 56 por ciento entre las de 15 y 19 años.