PRISTINA, Kosovo (AP) — La OTAN anunció el viernes que reforzará su presencia de tropas en Kosovo tras la muerte de cuatro personas en un tiroteo el fin de semana, y mientras Estados Unidos expresa preocupación por el aumento de fuerzas serbias a lo largo de la frontera de su antiguo territorio.
El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, celebró la decisión de la OTAN, y afirmó que el ataque del domingo, perpetrado por unos 30 hombres armados, es una nueva señal de que Serbia quiere desestabilizar su antigua provincia meridional con la ayuda de su aliada Rusia.
“Esa gente quiere regresar atrás en el tiempo”, dijo Kurti a The Associated Press. "Quieren que el reloj retroceda 30 años. Pero eso no va a ocurrir”.
La OTAN bombardeó posiciones serbias para detener una batida contra los separatistas albanokosovares y terminar con su guerra de 1998-1999, en la que murieron alrededor de 10.000 personas, en su mayoría albanokosovares.
La policía de Kosovo efectuó redadas el viernes temprano en varios lugares del norte del país, de población predominantemente serbia y donde el ataque del fin de semana causó la muerte de un policía de Kosovo y de tres insurgentes serbios, lo que elevó las tensiones.
La policía informó en un comunicado que estaba realizando allanamientos en cinco lugares de tres municipios relacionados con el tiroteo del domingo en la localidad de Banjska, en el norte de Kosovo. Fue uno de los peores enfrentamientos desde que Kosovo se separó de Serbia en 2008. Belgrado se niega a reconocerlo como independiente.
La OTAN, que comanda la fuerza de mantenimiento de la paz KFOR en la zona, dijo el viernes que tropas adicionales británicas se pondrían bajo el mando de KFOR “si es necesario, para hacer frente a la situación actual.”
“Necesitamos a la OTAN porque la frontera con Serbia es muy larga y últimamente el ejército serbio ha estado reforzando sus capacidades y tienen mucho equipamiento militar tanto de la Federación Rusa como de China”, afirmó Kurti.
En el ataque del domingo, unos 30 hombres enmascarados abrieron fuego contra una patrulla policial cerca de Banjska para luego derribar las puertas de un monasterio ortodoxo serbio y atrincherarse en su interior con los sacerdotes y los peregrinos visitantes. En el tiroteo subsiguiente murió un policía y tres hombres armados.
John Kirby, vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, dijo que el ataque fue “bien coordinado y planeado”, y agregó que el tamaño del arsenal encontrado durante el ataque amenaza la seguridad de los funcionarios de Kosovo y del personal internacional, incluidas las tropas de la OTAN.
Kirby también dijo que funcionarios estadounidenses estaban vigilando un gran despliegue de tropas serbias a lo largo de la frontera con Kosovo, el cual describió como un “despliegue sin precedentes de artillería avanzada, tanques y unidades de infantería mecanizada de Serbia”.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, negó que se hubiera producido tal despliegue.
También en entrevista con la AP, la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, aplaudió la decisión de la OTAN de incrementar sus fuerzas. Tanto Osmani como Kurti calificaron la violencia del fin de semana como un “acto de agresión” contra Kosovo y exigieron castigo para Serbia.
La decisión de la OTAN de reforzar la KFOR es “una buena noticia”, dijo Vucic. Insistió en que al menos uno de los tres serbios asesinados fue “liquidado” después de rendirse y prometió que Serbia “enjuiciará a los asesinos a sangre fría”.
“No llamaré terroristas a los serbios", dijo Vucic. “No me interesa lo que piensen otros”. Funcionarios de la Unión Europea han descrito los sucesos del fin de semana como un “ataque terrorista”.
Unos cuantos cientos de soldados del Reino Unido están ahora a disposición de la KFOR. En junio se desplegaron unos 500 soldados desde Turquía, después de que decenas de efectivos de la KFOR resultaran heridos en disturbios en el norte de Kosovo.
La KFOR está integrada actualmente por unos 4.500 efectivos de 27 países de la OTAN y países asociados.
En Occidente se teme que Rusia, actuando a través de Serbia, quiera desestabilizar los Balcanes y desviar al menos parte de la atención de su invasión a Ucrania. Rusia ha expresado su apoyo a Serbia por los enfrentamientos, y acusa a Occidente de no proteger a los serbios de Kosovo.
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Lorne Cook en Bruselas y Seung Min Kim en Washington contribuyeron a este informe.