BUENOS AIRES (AP) — Mascullando bronca por la derrota ante su clásico rival, Boca Juniors encara una difícil misión ante Palmeiras de Brasil, en un duelo en el que pone en juego mucho más que el pase a la ansiada final de la Copa Libertadores.
La continuidad del técnico Jorge Almirón y, a nivel directivo, la permanencia de su máximo ídolo Juan Román Riquelme como vicepresidente y responsable del fútbol profesional, dependen en gran medida de lo que suceda el jueves en el césped sintético del estadio Allianz Parque de Sao Paulo, escenario de la revancha de una de las semifinales del torneo continental de clubes más importante de Sudamérica.
En el primer partido disputado en Buenos Aires empataron sin goles.
Por la otra llave, Internacional de Porto Alegre recibirá el miércoles a Fluminense tras el 2-2 de la ida.
Almirón quedó en el ojo de la tormenta tras la derrota de local 2-0 ante River Plate el último domingo en el clásico disputado en el estadio La Bombonera. Fue el segundo traspié del entrenador ante el acérrimo rival en lo que va del año.
El técnico se excusó en la necesidad de apelar a una formación alternativa ante River porque la prioridad está en la Copa Libertadores. Pero el bajo nivel de los jugadores alistados y el planteo táctico fueron duramente reprobados por los hinchas.
“Podría haber pasado lo mismo si hubiéramos jugado con los titulares porque el desgaste del jueves (de la semana pasada) fue enorme. Sabemos que el partido del jueves es trascendental, por eso me incliné por un equipo físicamente descansado”, se defendió Almirón.
Además del golpe en el clásico, Boca llega a la revancha ante Palmeiras con UNA sequía de goles en la fase decisiva de la Copa Libertadores, pese a que el ataque es liderado por el uruguayo Edinson Cavani, uno de los máximos artilleros del mundo en actividad que desde su desembargo en el club argentino apenas anotó un tanto por la liga local.
En la fase de eliminación directa, el equipo argentino lleva 11 series sin triunfos en tiempo regular, remontándose a 2019.
El resultado del jueves también podría condicionar el futuro institucional de Boca de cara a las elecciones de diciembre, en las que la actual comisión directiva que integra Riquelme puede postularse a un nuevo mandato de cuatro años.
Palmeiras, también derrotado con suplentes 2-1 ante Bragantino el último fin de semana por el campeonato brasileño, relativiza las vicisitudes de su rival argentino, al cual nunca pudo vencer en instancia decisiva de Libertadores.
“¿Cuántas Libertadores ganó Palmeiras? ¿Y cuántas Boca?”, preguntó el técnico Abel Ferreira cuando en rueda de prensa un periodista brasileño enumeró las razones por las que el Verdao se perfila como favorito.
“Es un partido decisivo en nuestra casa, que seguramente tendrá una historia que sólo conoceremos al final. Eso es lo que puedo decir, porque todo lo demás es ‘si’, y no vivimos con ‘si’, sólo con hechos y realidad”, apuntó el entrenador portugués que llevó a Palmeiras a dos de sus tres Libertadores ganadas.
“El jueves es un partido diferente y haremos todo lo posible para volver a la final”, acotó.
Boca, por su parte, tiene seis títulos continentales y ansía un séptimo trofeo que le permita igualar a Independiente de su país como máximo ganador en la historia del torneo.
Igual de abierta está la otra semifinal entre brasileños.
Fluminense, único de los cuatro semifinalistas que nunca ganó la Copa Libertadores, rescató en su casa de Río de Janeiro un empate con diez jugadores en el primer duelo.
El resultado de esta serie está atado en gran medida a los rendimientos del delantero argentino Germán Cano, máximo artillero de la Copa Libertadores — con 11 anotaciones en 10 compromisos del Fluminense, y el ecuatoriano Enner Valencia, fichado por Inter esta temporada.
La final se jugará el 4 de noviembre en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.