MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
S&P ha indicado que las empresas estadounidenses informaron de un estancamiento de la actividad por la debilidad de la demanda interna y externa que se ha traducido en una caída de los nuevos pedidos, la más acentuada en lo que va de año.
En ese sentido, la disminución de las exportaciones ha sido la más pronunciada desde febrero y contrasta con la "sólida expansión" de las mismas que se anotó en julio.
"Las empresas destacaron que la elevada inflación, los altos tipos de interés y la incertidumbre económica han congelado la demanda de los consumidores", ha explicado el documento elaborado por la agencia de calificación.
Las compañías han agotado sus encargos pendientes al mayor ritmo desde noviembre de 2022 con el objeto de mantener estables los niveles de actividad. A pesar de esta circunstancia, las firmas continuaron ampliando plantillas al ritmo más acelerado en los últimos tres meses por las "sólidas" expectativas a doce meses vista.
De su lado, el coste de los insumos se incrementó de forma "notable", como hiciera en agosto, por la factura energética, los combustibles, la mayor masa salarial y el costo de los alimentos. En consecuencia, el traslado a sus clientes de este encarecimiento de la producción ha derivado en un repunte mayor de los precios de venta.
"Los datos definitivos del PMI de septiembre confirman las sospechas de que la economía estadounidense ha comenzado a enfriarse de nuevo después de la intensificación del crecimiento de principios de verano", ha valorado el economista jefe de S&P Global Market Intelligence, Chris Williamson, que ha apuntado al debilitamiento de la demanda de los servicios turísticos, de viaje y de ocio como "principal cambio" en los últimos meses.
"Así, la economía parece estar entrando en el cuarto trimestre con mal pie, lo que sugiere un menor crecimiento del PIB de cara al final del año", ha añadido Williamson.