MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El informe, que ha sido publicado en 'The Lancet', muestra que, al igual que ocurre con otras tendencias importantes relacionadas con la salud materna, ninguna región del mundo ha reducido significativamente las tasas de nacimientos prematuros durante la última década. Así, la tasa global anual de reducción de nacimientos prematuros entre 2010 y 2020 fue de solo el 0,14 por ciento.
"Los bebés prematuros son especialmente vulnerables a complicaciones de salud que ponen en peligro sus vidas y necesitan cuidados y atención especiales", explica el doctor Anshu Banerjee, Director de Salud y Envejecimiento de la Madre, el Recién Nacido, el Niño y el Adolescente de la OMS
"Estas cifras muestran una necesidad urgente de atención médica grave, y mayor inversión en servicios disponibles para apoyarlos a ellos y a sus familias, así como un mayor enfoque en la prevención, en particular, garantizar el acceso a atención médica de calidad antes y durante cada embarazo", añade.
El documento revela grandes disparidades entre regiones y países. Alrededor del 65% de los nacimientos prematuros en 2020 se produjeron en el África subsahariana y el sur de Asia, donde más del 13% de los bebés nacieron prematuros. Las tasas en los países más afectados -Bangladesh (16,2%), Malawi (14,5%) y Pakistán (14,3%)- son tres o cuatro veces superiores a las de los países menos afectados -Serbia (3,8%), Moldavia (4% ) y Kazajstán (4,7%).
Sin embargo, el nacimiento prematuro no es un problema sólo en los países de ingresos bajos y medianos, y los datos muestran claramente que afecta a familias en todas partes del mundo. En algunos países de ingresos altos, como Grecia (11,6%) y los Estados Unidos de América (10%), se registran tasas del 10% o más.
Los riesgos para la salud materna, como el embarazo adolescente, las infecciones, la mala nutrición y la preeclampsia, están estrechamente relacionados con los nacimientos prematuros. La atención prenatal de calidad es fundamental para detectar y gestionar las complicaciones, garantizar una datación precisa del embarazo mediante ecografías tempranas y, si es necesario, retrasar el parto mediante tratamientos aprobados .
"Dado que la prematuridad es la principal causa de muerte en los primeros años de los niños, existe una necesidad urgente de fortalecer tanto la atención a los bebés prematuros como los esfuerzos de prevención (en particular la salud y la nutrición maternas) para mejorar la supervivencia infantil", explican.
Además, concluye el informe, "para quienes viven, el nacimiento prematuro también aumenta significativamente la probabilidad de sufrir enfermedades graves, discapacidad y retrasos en el desarrollo, e incluso enfermedades crónicas en la edad adulta, como diabetes y afecciones cardíacas".