MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
"La atención al final de vida es o debería ser un derecho para todos, un derecho universal, tanto para pacientes como también para sus familiares, que en la gran mayoría de los casos necesitan apoyo para preparar el duelo, para asimilar la pérdida o incluso orientación para afrontar trámites y resolver situaciones. Y todo eso debería estar integrado en lo que entendemos por unos cuidados paliativos completos, multi e interdisciplinares y, en definitiva, integrales", incide Rivera.
Según el presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), Juan Pablo Leiva, suele darse el número de que 80.000 personas mueren cada año sin la atención paliativa que necesitarían, pero "es una cifra antigua y probablemente muy infravalorada, porque suele asociarse a condicionantes como la patología, la edad o el lugar de residencia".
"Los cuidados paliativos son necesarios no solo en el cáncer, sino en muchas otras enfermedades; no solo en edad avanzada sino a cualquier edad, incluso infantil; y no pueden depender de si están disponibles en el distrito postal donde vivamos sino que deberían ser un derecho universal garantizado para todos", ha lamentado.
CINCO PREMIADOS
La Red Española de Recursos de Cuidados Paliativos y Final de Vida, integrada por 44 entidades sanitarias, asociativas y comunitarias, celebra la I edición del Foro Premios 'Juntos cuidamos mejor' para reconocer la labor de las organizaciones que trabajan en este ámbito, que tendrá lugar el próximo 17 de octubre en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
La Fundación Paliaclinic será premio a la excelencia en cuidados paliativos; la Fundación Porque Viven, premio a la innovación en la atención al final de vida; Ambulancia del Deseo, premio al impacto nacional en cuidados paliativos; Rehuno, Red Humanista de Noticias de Salud, premio a la sensibilización y comunicación en cuidados paliativos; y Pobles que cuiden, premio a la iniciativa social y comunitaria en final de vida.
Para Rivera, "es importante destacar el valor social del trabajo en red". "Es fundamental que haya una implicación social en el cuidado de las personas que se hallan en la última etapa de su vida, y todos los ciudadanos debemos ser agentes activos de esta transformación social, formando parte de grupos de voluntariado, o desarrollando comunidades compasivas en nuestros barrios, iglesias, universidades y entornos. Y además debemos exigir a las instituciones que estén a la altura de lo que se espera de ellas", ha apuntado.
Para el doctor Leiva, en un mundo de avances tecnológicos, cambios sociales y mejoras en la sanidad no es posible "seguir siendo incapaces de atender el dolor y el sufrimiento de forma universal, no solo en determinados casos de enfermedad en fase muy terminal y, desde luego, no en unas comunidades autónomas más que en otras".