MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
"Va a ser una década perdida, si no tomamos medidas ya", alerta el presidente de CNAE, Enrique Lorca, que hace un llamamiento a las autoridades y a la clase política para que refuercen la enseñanza teórica y práctica que reciben quienes desean ser conductores.
CNAE insiste en la urgencia de implantar los módulos de concienciación para los aspirantes al permiso de conducir y de garantizar las prácticas en las carreteras convencionales.
En 2022 señala que fallecieron en España 1.746 personas a causa de la siniestralidad vial, nueve menos que en 2019 (año de referencia). Se trata de fallecidos en todo tipo de vías abiertas al tráfico y dentro de los primeros 30 días a contar desde el momento en que se produjo el accidente. "Estamos como antes de la pandemia; peor aún, porque el último descenso significativo en el número de fallecidos (Covid aparte) ocurrió en 2013", subraya Lorca.
También en 2022, indican que, de los 97.935 siniestros con víctimas (muertos, heridos graves y heridos leves), dos de cada tres tuvieron lugar en vías urbanas y uno de cada tres, en vías interurbanas. Ahora bien, en estas últimas se produjo el 73% de los muertos, igual que hace diez años. Además, de los 1.270 muertos en vías interurbanas, el 73% pereció en una carretera convencional, y el 27% restante, en una autopista o autovía.
"Las carreteras convencionales son sin duda la más importante de todas las asignaturas pendientes por lo que respecta a la seguridad vial en España", señala el presidente de CNAE, destacando que, "objetivamente, circular por ellas entraña un riesgo mayor; razón de más para que los alumnos de las autoescuelas reciban una formación acorde con el verdadero desafío que estas vías representan, en las que el menor error o imprudencia puede resultar fatal".
Durante la primera década de la seguridad vial en Europa (2001-2010), declarada por la UE con el objetivo de reducir en dicho periodo a la mitad el número de muertos y heridos graves, CNAE recuerda que cayó en España el número de muertos de 5.517 a 2.478. En la segunda (2011-2020), se redujo de 2.060 a 1.755, (otra vez tomamos 2019 y no 2020 como año de referencia). Ahora, en la tercera década, (2021-2030) los resultados "no parecen muy alentadores".
Con la tasa de mortalidad por millón de habitantes sucede algo similar: en la primera década, se desplomó de 136 a 53; en la segunda, el descenso describió una curva suave: de 44 a 37 (si tomamos el año 2019 como referencia). En 2022 sigue en 37, un punto más que en 2013, 2014 y 2015, según CNAE.