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Ejército de EEUU derriba misiles y drones ante crecientes amenazas en Medio Oriente

Esta imagen proporcionada por la Armada de Estados Unidos muestra al USS Carney en el mar Mediterráneo el 23 de octubre de 2018. El Carney, un destructor de la Armada, derribó el jueves 19 de octubre de 2023 tres misiles que habían sido disparados desd AP (Ryan U. Kledzik/AP)

WASHINGTON (AP) — Con el aumento de las tensiones en Medio Oriente, las fuerzas estadounidenses en la región enfrentan mayores amenazas. Un buque de guerra de la Armada, por ejemplo, derribó el jueves un misil que presuntamente iba dirigido hacia Israel, y bases estadounidenses en Irak y Siria fueron repetidamente blancos de ataques con drones.

Posteriormente, un funcionario estadounidense dijo que a primeras horas del viernes se había producido un ataque con cohetes contra fuerzas estadounidenses y de la coalición en un centro de apoyo diplomático cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad. De acuerdo con las evaluaciones iniciales, se dispararon dos cohetes, dijo el funcionario, quien destacó que uno de ellos fue interceptado por un sistema defensivo y el otro impactó en un depósito desocupado.

El funcionario, quien habló bajo condición de anonimato para comentar informes que aún no se han hecho públicos, dijo que no se reportaron víctimas.

En el primer caso, el USS Carney, un destructor de la Armada emplazado en el norte del Mar Rojo, interceptó tres misiles de crucero y varios drones que fueron lanzados por las fuerzas hutíes en Yemen. Las acciones del Carney representaron potencialmente los primeros disparos del ejército estadounidense en defensa de Israel en este conflicto.

El general de brigada Pat Ryder, secretario de prensa del Pentágono, dijo a los periodistas que los misiles se dirigían “potencialmente” hacia Israel, pero que Estados Unidos no había terminado de evaluar cuál era su objetivo.

Un funcionario estadounidense dijo que no creen que los misiles —que fueron derribados sobre el agua— estuvieran dirigidos al buque de guerra estadounidense. El funcionario habló bajo condición de anonimato para hablar de operaciones militares que aún no se habían anunciado.

Sin embargo, en los últimos tres días se han producido otros ataques con drones contra bases estadounidenses, incluido uno en el sur de Siria el jueves que causó heridas leves.

El brote de violencia se produce tras una explosión en un hospital de Gaza en la que murieron cientos de personas y que desencadenó protestas en varios países musulmanes. El ejército israelí ha bombardeado Gaza sin tregua en represalia por el ataque de Hamas en el sur de Israel hace casi dos semanas, pero ha negado tener responsabilidad en la explosión del hospital de Al Ahli, y Estados Unidos ha declarado que la evaluación de sus servicios de inteligencia es que Tel Aviv no es culpable.

Sin embargo, en los últimos días, varios grupos milicianos de la región —desde Hezbollah hasta los hutíes— han expresado su apoyo a los palestinos y han amenazado a Israel. Desde el martes, se han lanzado al menos cuatro ataques con drones contra instalaciones militares estadounidenses en Irak y Siria, donde las tropas estadounidenses entrenan a las fuerzas de defensa locales y apoyan la misión de lucha contra el grupo Estado Islámico.

Los ataques alimentan la creciente preocupación en Occidente de que la guerra en Israel pueda convertirse en un conflicto regional más amplio.

“Eso es exactamente lo que estamos tratando de evitar”, aseveró Ryder.

El ataque con drones más reciente se produjo el jueves en la base aérea de Al Asad, en el oeste de Irak. La Resistencia Islámica en Irak publicó un comunicado en el que reivindicaba la autoría del ataque, afirmando que habían disparado misiles contra la base y que “alcanzaron sus objetivos de forma directa y precisa.” Un funcionario estadounidense confirmó el último ataque, pero dijo que era demasiado pronto para evaluar su impacto.

También el jueves, la base de Al Tanf, en el sureste de Siria, fue alcanzada por drones. Las tropas estadounidenses han mantenido una presencia en la base durante varios años para entrenar a los aliados sirios y vigilar la actividad de los milicianos del grupo Estado Islámico.

El Pentágono dijo que un dron fue derribado, pero otro golpeó la base y causó heridas leves.

La base se encuentra en una carretera que a menudo utilizan los milicianos respaldados por Irán para transportar armas a Hezbollah en el sur del Líbano.

Activistas de la oposición siria también dijeron que hubo otro ataque con drones contra una instalación petrolera en el este de Siria que alberga tropas estadounidenses. Omar Abu Layla, activista residente en Europa que dirige el medio de comunicación Deir Ezzor 24, afirmó que tres drones con explosivos atacaron el yacimiento de gas de Conoco, en la provincia oriental de Deir el-Zour, fronteriza con Irak. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Reino Unido, también confirmó explosiones en el yacimiento.

El martes, milicianos lanzaron tres drones contra dos bases iraquíes que Estados Unidos utiliza para entrenar fuerzas y llevar a cabo operaciones contra el grupo Estado Islámico. Durante la oleada de lanzamientos, un aviso resultó ser una falsa alarma en Al Asad, pero hizo que el personal se refugiara en búnkers. Durante ese incidente, un contratista sufrió un paro cardíaco y murió, dijo Ryder.

Añadió que el Pentágono aún no tiene confirmación sobre quién lanzó los ataques con drones, pero afirmó que Estados Unidos “tomará todas las medidas necesarias para defender a las fuerzas estadounidenses y de la coalición contra cualquier amenaza”. Dijo que cualquier respuesta militar llegaría “en el momento y la forma que elijamos”.

Milicias respaldadas por Irán en Irak han sido utilizadas en ocasiones como soldados de a pie en los conflictos regionales, como los de Siria y Yemen, y en los últimos días han amenazado con atacar instalaciones estadounidenses en Irak y otras partes debido al apoyo de Washington a Israel.

“Nuestros misiles, drones y fuerzas especiales están listas para dirigir ataques cualitativos contra el enemigo estadounidense en sus bases y alterar sus intereses en caso de que intervenga en esta batalla”, dijo Ahmad “Abu Hussein” al-Hamidawi, comandante de la milicia Kataib Hezbollah, en un comunicado dado a conocer el miércoles. También amenazó con lanzar misiles contra objetivos israelíes.

Tras la explosión en el hospital de Gaza, el grupo difundió otro comunicado en el que culpó de la catástrofe a Estados Unidos y su apoyo a Israel, y pidió el fin de la presencia estadounidense en Irak.

“Esta gente malvada debe salir del país. De otra forma, probarán el fuego del infierno en este mundo antes de la otra vida”, indicó el comunicado.

Sobre las intercepciones del Carney, Ryder dijo que éstas se hicieron porque los misiles hutíes “representaban una amenaza potencial” dado su perfil de vuelo. Añadió que Estados Unidos está preparado para hacer lo que sea necesario “para proteger a nuestros socios y nuestros intereses en esta importante región”. Señaló que Estados Unidos aún está evaluando cuál era el objetivo, pero dijo que ninguna fuerza estadounidense ni ningún civil sobre el terreno resultaron heridos.

Los rebeldes hutíes —respaldados por Irán— han expresado su apoyo a los palestinos y amenazado a Israel. La semana pasada, en la ciudad yemení de Saná, que está bajo control de los rebeldes hutíes que siguen en guerra con una coalición liderada por Arabia Saudí, los manifestantes abarrotaron las calles ondeando banderas yemeníes y palestinas. El lema de los rebeldes ha sido durante mucho tiempo: “Dios es el más grande; muerte a Estados Unidos; muerte a Israel; maldición para los judíos; victoria para el islam”.

La semana pasada, Abdel-Malek al-Houthi, líder del grupo rebelde, advirtió a Estados Unidos que no interviniera en el actual conflicto entre Israel y Hamas, y amenazó con que sus fuerzas tomarían represalias disparando drones y misiles.

Dos funcionarios hutíes declinaron hacer comentarios sobre el incidente cuando se les consultó el jueves. Uno de ellos dijo que desconocía el incidente, mientras que el segundo dijo que no tenía autoridad para hablar de ello.

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Los periodistas de The Associated Press Abby Sewell, en Beirut, y Jack Jeffery, en El Cairo, contribuyeron a este despacho.

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