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“Norma” avanza hacia Sinaloa tras tocar tierra en Baja California Sur como huracán

El presidente López Obrador informó que se registró saldo blanco tras el paso del huracán en Baja California Sur

Esta imagen satelital proporcionada por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés) el jueves 19 de octubre de 2023 muestra al huracán Norma acercándose al extremo sur de la península. (AP) (AP)

El huracán Norma tocó tierra el sábado por la tarde cerca de los complejos turísticos de la localidad mexicana de Los Cabos, en el extremo sur de la península de Baja California, para después continuar su trayecto a través de la península y en dirección a otra zona del occidente de México, en Sinaloa ya convertido en tormenta tropical

Horas después, en el Atlántico, Tammy tocó tierra sobre la isla caribeña de Barbuda. Ambos ciclones eran huracanes categoría 1 cuando llegaron a tierra firme.

Según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés), Norma, que llegó a ser un huracán de categoría 4, tocó tierra a sur de Todos Santos, pero pronto se debilitó.

El sábado por la noche se encontraba a unos 70 kilómetros (45 millas) al nor-noreste de Cabo San Lucas, y 340 km (210 millas) al oeste del puerto sinaloense de Mazatlán. Tenía vientos de 100 km/h (65 mph) y avanzaba con dirección a la costa de Sinaloa a 9 km/h (6 mph).

“Por suerte, hasta ahora hay saldo blanco en Baja California Sur”, dijo por la noche el presidente Andrés Manuel López Obrador en su cuenta oficial de X, antes Twitter. “El huracán Norma ya pasó por Los Cabos y sólo en La Paz se registraron lluvias torrenciales, pero sin pérdida de vidas humanas”.

Norma derribó árboles, techos de algunas viviendas endebles y postes de la luz en algunos puntos de Baja California Sur. En Cabo San Lucas, algunos turistas curiosos comenzaban a salir a la calle después del paso del ciclón entre el lodo, escombros y palmeras caídas, aunque las autoridades hicieron un llamado a la población para que siguieran resguardados y, sobre todo, para que no intentaran cruzar arroyos.

El lento movimiento de la tormenta, que según el NHC se mantendría durante la noche, hacía prever importantes lluvias e inundaciones tanto en Baja California Sur como en Sinaloa, un estado mayormente agrícola que estaba sufriendo una gran sequía y confiaba en que el ciclón al menos aumentara las reservas de agua locales.

John Cangialosi, especialista del NHC, dijo que la zona es vulnerable a la lluvia porque en general es una región seca, y estimó que las precipitaciones podrían pasar de los 15 centímetros (6 pulgadas) de lluvia a los 30 (12). “Creemos que ése será el impacto más significativo que podría provocar inundaciones repentinas urbanas y corrimientos de tierra”.

Al caer la noche se seguían sintiendo los efectos de la tormenta en Baja California Sur, y tanto en Cabo San Lucas, como en San José del Cabo, todavía había familias en los albergues, aunque las autoridades no precisaron su número. En esta última localidad se llegaron a resguardar unas mil 700 personas en 24 refugios del municipio.

Los hoteles de Los Cabos permanecían casi llenos, a tres cuartos de su capacidad, pero se habilitaron refugios tanto en las propias instalaciones como en escuelas. Según la presidenta de la Asociación de Hoteles, Lilzi Orci Fregoso, permanecen en la zona unos 30 mil turistas de diversas nacionalidades.

El director del aeropuerto de San José del Cabo, Francisco Villaseñor, confió en que los vuelos desde ese aeródromo puedan reiniciarse a mediodía del domingo, ya que los aeropuertos de Los Cabos y La Paz seguían cerrados.

Los comercios de Cabo San Lucas habían colocado desde el viernes láminas de madera contrachapada sobre sus ventanas, y el personal del gobierno colgó pancartas en las que advertía a la gente que no intentara cruzar barrancos ni cauces de arroyos.

La policía de San José del Cabo rescató a dos personas de su camioneta cuando una corriente de agua la arrastró a primera hora del sábado, mientras que zonas populares quedaron convertidas en pequeñas islas incomunicadas entre sí y rodeadas por cauces de agua. Algunas áreas se quedaron el sábado por la mañana sin energía eléctrica ni internet.

Antes de la llegada de la tormenta, Homero Blanco, comandante estatal de la Guardia Nacional, dijo que se había ordenado el cierre de las playas y se habían enviado tropas de la Guardia para desalojar a la gente de la orilla del mar, donde no faltaba algún curioso.

El gobierno federal envió 500 militares a este enclave turístico, y el sábado por la tarde los militares se mantenían en alerta también en los estados de Nayarit, Sinaloa y Sonora.

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