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Muere joven iraní agredida en metro de Teherán al no usar hiyab

En esta imagen de un video de vigilancia emitido por la TV estatal iraní, mujeres arrastran a Armita Geravand, de 16 años, de un vagón del Metro en Teherán, Irán, 1 de octubre de 2023. Las misteriosas heridas sufridas por Geravand, quien no llevaba e AP (Iranian state television/AP)

DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — La adolescente iraní herida hace semanas en un misterioso incidente en el metro de Teherán cuando no llevaba pañuelo ha muerto, informaron el sábado los medios de comunicación estatales.

La muerte de Armita Geravand se produce después que permaneciera en coma durante semanas en Teherán y tras cumplirse un año de la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, que desencadenó entonces protestas en todo el país.

La lesión de Geravand el 1 de octubre y ahora su muerte amenazan con reavivar esa ira popular, sobre todo en un momento en que las mujeres de Teherán y de otros lugares siguen desafiando la ley iraní del pañuelo obligatorio en la cabeza, o hiyab, como muestra de su descontento con la teocracia iraní.

“La voz de Armita ha sido silenciada para siempre, impidiéndonos escuchar su historia”, escribió el Centro de Derechos Humanos de Irán, con sede en Nueva York. “Sin embargo, sabemos que en un clima en el que las autoridades iraníes penalizan severamente a mujeres y niñas por no adherirse a la ley estatal del hiyab obligatorio, Armita apareció valientemente en público sin él”.

“Mientras el gobierno iraní aplique su draconiana ley del hiyab obligatorio, la vida de las niñas y mujeres de Irán penderá de un hilo, vulnerables a graves violaciones de sus derechos, incluida la violencia e incluso la muerte", agregó.

La agencia de noticias estatal iraní IRNA informó de la muerte de Geravand, sin mencionar el clima de descontento en torno a la ley del velo. Geravand resultó herida en la estación de metro de Meydan-E Shohada, o Plaza de los Mártires, en el sur de Teherán.

“Desgraciadamente, los daños cerebrales sufridos por la víctima le han hecho pasar algún tiempo en coma y ha fallecido hace unos minutos”, se lee en el informe de la IRNA. “Según la teoría oficial de los médicos de Armita Geravand, tras una repentina bajada de tensión, sufrió una caída, una lesión cerebral, seguida de convulsiones continuas, disminución de la oxigenación cerebral y un edema cerebral”.

Lo que ocurrió en los pocos segundos posteriores a que Armita Geravand entrara en el tren el 1 de octubre sigue siendo una incógnita. Aunque un amigo declaró a la televisión estatal iraní que se golpeó la cabeza contra el andén de la estación, las imágenes sin sonido emitidas por la emisora desde el exterior del vagón están bloqueadas por un transeúnte. Pocos segundos después, se llevan su cuerpo inerte.

Sin embargo, el reportaje de la televisión estatal iraní no incluía imágenes del interior del tren ni explicaba por qué no se habían difundido. La mayoría de los vagones del metro de Teherán tienen varias cámaras de circuito cerrado de televisión, visibles para el personal de seguridad.

Los padres de Geravand dijeron a medios estatales que un problema de tensión arterial, una caída o quizá ambas cosas contribuyeron a la lesión de su hija.

Activistas en el extranjero han denunciado que Geravand podría haber sido empujada o agredida por no llevar el hiyab. También han exigido una investigación independiente por parte de la misión de investigación de Naciones Unidas sobre Irán, señalando que la teocracia presiona a las familias de las víctimas y la televisión estatal ha emitido cientos de confesiones obtenidas bajo coacción.

The Associated Press no ha podido confirmar las circunstancias exactas de lo que causó las lesiones de Geravand.

La organización de derechos humanos Hengaw, que informa sobre los abusos en la región kurda occidental de Irán y que había publicado una fotografía de Geravand en coma, renovó el sábado su petición de una investigación internacional independiente alegando “la práctica de la República Islámica de ocultar la verdad”.

“Durante los últimos 28 días, la República Islámica de Irán ha intentado distorsionar el relato del asesinato de esta adolescente por parte del gobierno”, denunció el grupo.

El grupo Iran Human Rights, con sede en Oslo, pidió igualmente una pesquisa.

"El líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, es personalmente responsable de la muerte de Armita Garavand, a menos que una investigación internacional independiente demuestre lo contrario”, declaró Mahmood Amiry-Moghaddam, director del grupo.

La lesión y posterior muerte de Geravand se produce en un momento en que Irán ha vuelto a sacar a la calle a su policía de la moral —que los activistas implican en la muerte de Amini— y en que los legisladores presionan para que se impongan penas aún más estrictas a quienes no se cubran la cabeza. A escala internacional, la lesión de Geravand ha suscitado nuevas críticas al trato que Irán reserva a las mujeres y a la ley sobre el hiyab obligatorio.

El sábado, el enviado especial adjunto de Estados Unidos para Irán, Abram Paley, escribió en redes sociales que lamentaba la muerte de Geravand.

“La violencia patrocinada por el Estado iraní contra las mujeres y las niñas ha sido devastadora para muchas familias en Irán y en el extranjero”, señaló.

Amini murió en un hospital el 16 de septiembre de 2022, tras ser detenida por la policía iraní de la moral y acusada de llevar indebidamente el hiyab. Las sospechas de que fue golpeada durante su detención provocaron protestas masivas que representaron el mayor desafío al gobierno teocrático de Irán desde la revolución.

Desde que esas protestas masivas disminuyeron, en Teherán se puede ver a muchas mujeres sin el hiyab en desafío de la ley.

Mientras tanto, la activista iraní encarcelada Narges Mohammadi ganó el Premio Nobel de la Paz a principios de mes en reconocimiento a su incansable campaña en favor de los derechos de la mujer y la democracia, y contra la pena de muerte. El gobierno iraní criticó la concesión del premio como una maniobra política, sin reconocer que lleva décadas haciendo campaña contra Mohammadi por su trabajo.

Irán sigue sometido a sanciones y se enfrenta a tensiones cada vez mayores con Occidente por el rápido avance de su programa nuclear y su ayuda a grupos de milicianos regionales, incluida una renovada atención a su relación con Hamás tras el ataque y la guerra sin precedentes de este grupo contra Israel.

Para las musulmanas observantes, el velo es un signo de devoción ante Dios y de modestia ante los hombres ajenos a la familia. En Irán, el hiyab —y el chador negro integral que llevan algunas— también ha sido durante mucho tiempo un símbolo político, sobre todo tras hacerse obligatorio en los años posteriores a la Revolución Islámica de 1979.

Irán y el vecino Afganistán, gobernado por los talibanes, son los únicos países donde el hiyab sigue siendo obligatorio para las mujeres.

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