SANTIAGO (AP) — La vallista costarricense Andrea Vargas nunca imaginó que entrenarse en las pistas de Portland con temperaturas bajo cero resultaría el mejor plan para revalidar el oro en los Juegos Panamericanos.
Vargas, de 27 años, se impuso en los 100 metros con vallas el miércoles en el estadio Nacional de Santiago bajo condiciones climáticas más propias de invierno que la primavera en el hemisferio sur y que se han vuelto tema de queja recurrente entre los atletas, especialmente los centroamericanos.
“Me ha servido entrenar en Portland, condiciones muy fuertes, temperaturas bajo cero. Ha sido más duro que competir aquí”, comentó la atleta, que ganó con un registro de 13.06 segundos. La cubana Greisys Roble entró tres centésimas después para la plata y la estadounidense Alaysha Johnson completó el podio con 13.19.
Luego de ganar el oro en Lima 2019, Vargas se radicó con su esposo y su hija Avril en Portland, Estados Unidos, con el objetivo mejorar su rendimiento.
En 2021 corrió en sus primeros Juegos Olímpicos – no pasó de las semifinales —, a lo que le siguieron lesiones y problemas familiares que afectaron su rendimiento.
“Nunca me pasó por la mente ganar otro Panamericano. Mis competidoras son mentalmente muy fuertes”, admitió Vargas, quien pese al triunfo no logró marca olímpica. “Ni siquiera pensé que iba a estar aquí. Y ahora gano una segunda medalla de oro. Para mí es guau”.
En lo inmediato, Vargas seguirá buscando el tiempo que le permita competir en los segundos Juegos Olímpicos de su carrera. Pero antes tiene prevista una parada en la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles en su país para agradecer.
“Es una promesa que le hice a Dios si ganaba el oro. Soy una persona de mucha fe y sé que Dios me ha levantado. Han sido años duros”, reconoció.