WASHINGTON (AP) — Los demócratas tenían muchas noticias que celebrar en las elecciones celebradas el martes en varios lugares de Estados Unidos, y volvieron a demostrar que pueden ganar en comicios centrados en el debate nacional sobre el aborto.
Los partidarios del derecho al aborto ganaron un referendo en Ohio y el gobernador demócrata de la conservadora Kentucky se mantuvo en su puesto tras una campaña basada en los derechos reproductivos y en tachar a su rival de extremista. Un demócrata se hizo con un puesto libre en la Corte Suprema de Pensilvania tras prometer que defendería el derecho al aborto. Y los demócratas de Virginia lograron el control pleno de su legislatura, lo que impide a los republicanos introducir nuevas restricciones al aborto y asesta una derrota al gobernador Glenn Youngkin que podría acabar con los rumores de una incorporación tardía a las primarias republicanas para las presidenciales.
Las victorias no bastaban para dar certezas a los demócratas con vistas a las elecciones presidenciales del año que viene. Las votaciones tenían grandes implicaciones para todos esos estados y ofrecían una valoración de la política estadounidense de cara a 2024. Dos nombres clave —Joe Biden y Donald Trump— estaban ausentes de las boletas en esta ocasión. La percepción que tengan de ellos los estadounidenses será un factor clave para dar forma a los comicios del año que viene.
A continuación, algunos resultados claves de las votaciones del martes:
Los demócratas se anotaron dos victorias rápidas el martes por la noche en Kentucky y Ohio, dos estados donde ganó Trump en 2020. En ambos sitios, el aborto fue un tema crucial de campaña.
El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, fue reelegido en un estado donde Trump se impuso por 26 puntos porcentuales. Beshear había criticado las opiniones sobre el aborto de su rival republicano, el fiscal general Daniel Cameron, en debates y avisos en televisión. En uno de los avisos de Beshear aparecía una mujer que sufrió un aborto natural tras ser violada por su padrastro a los 12 años, y que expresaba su incredulidad por la oposición de Cameron al aborto en casos de incesto y violación.
En Ohio, donde Trump ganó por ocho puntos porcentuales en 2020, se aprobó una medida que preserva el derecho al aborto. Los republicanos ya habían intentado frenar la iniciativa convocando un inusual referendo en agosto para que fuera más difícil aprobar normas en referendos, una iniciativa que fue rechazada con rotundidad por los votantes de Ohio.
Más tarde el martes, Dan McCaffery se hizo con un puesto en la Corte Suprema tras posicionarse como defensor del derecho al aborto. Y en Virginia, los demócratas conservaron el Senado y arrebataron a los republicanos el control de la Cámara de Delegados.
Los resultados apuntaban a un paisaje político diferente desde que la mayoría conservadora en la Corte Suprema de Estados Unidos revocó un derecho federal al aborto el año pasado. Se han aprobado medidas sobre el acceso al aborto en varios estados, mientras que otros estados dirigidos por republicanos han introducido nuevos vetos al procedimiento.
Puede que el derecho al aborto no sea un tema lo bastante fuerte para decidir las elecciones por sí sólo. Varios gobernadores republicanos que defendían nuevas prohibiciones fueron reelegidos con facilidad el año pasado, como el gobernador de Ohio, Mike DeWine, el de Florida, Ron DeSantis y el de Texas, Greg Abbott.
Pero el aborto fue el tema decisivo en todo el país el martes. Y eso debería preocupar a los republicanos en comicios el año que viene.
Fue una buena noche para los demócratas tras una serie de victorias en elecciones especiales y llega tras un resultado más fuerte en las elecciones de media legislatura, que suelen ser demoledoras para el partido en la Casa Blanca.
Pero ninguna de las elecciones eran decisiones sobre el actual presidente, Biden. Y ninguna tenía a Trump en la boleta ni su capacidad de disparar la participación de los votantes poco habituales.
Los demócratas han tenido buenos resultados en comicios especiales recientes y en 2022 les fue mejor de lo esperado. El partido parece salir cada vez más desde una posición de fuerza. Pero no está claro que eso se extienda al presidente, de 80 años y que enfrenta un escepticismo generalizado sobre su labor y si es demasiado viejo para un segundo mandato.
Habrá que esperar hasta 2024 para ver el resultado de Biden.
Glenn Youngkin irrumpió en la escena política en 2021 con una victoria improbable que le convirtió en gobernador republicano de Virginia, un estado donde Biden había ganado con facilidad el año anterior. Con su imagen de padre suburbano moderado, ofrecía una versión de republicanismo moderno y despertó incluso especulaciones sobre que podría incorporarse a las primarias presidenciales republicanas tras los comicios de este mes.
En lugar de eso, Youngkin dijo que se centraría en las elecciones legislativas de 2023 y en conseguir el control pleno del gobierno de Virginia. Las cosas no salieron como esperaba.
Youngkin recaudó decenas de millones de dólares para que los republicanos defendieran su mayoría en la Cámara de Delegados de Virginia y consiguieran el control del Senado, que los demócratas retuvieron por la mínima en 2021. Una de las cosas que podría hacer la legislatura con esa mayoría, dijo, era aprobar una prohibición del aborto a partir de las 15 semanas que él defendía.
En realidad, Youngkin no tenía una ruta clara para entrar en las primarias, ya que el plazo para inscribirse había terminado en algunos estados. Virginia tiene un inusual límite de un solo mandato para los gobernadores, lo que crea aún más dudas sobre el futuro político de Youngkin.
Haga lo que haga, tendrá que explicar el resultado de 2023. Y enfrentará una legislatura de mayoría demócrata unificada el resto de su mandato.
Fue una buena noche para los demócratas, pero hasta cierto punto.
El partido había invertido mucho en un lugar inesperado: Mississippi, donde Brandon Presley, conocido principalmente por ser primo segundo de Elvis Presley, desafiaba al gobernador, el republicano Tate Reeves.
El partido confiaba en que la fama y la habilidad política de Presley, acompañada de una cláusula centenaria diseñada en principio para impedir que los candidatos negros ganaran contiendas del estado, pudiera producir una victoria improbable. Pero no fue así.
Reeves ganó la votación. Hay pocas lecciones para un partido que no ganó en un estado donde su candidato presidencial perdió por 17 puntos en 2020, salvo una de las más antiguas: no se puede ganar todo.
Algunas votaciones del martes rompieron barreras.
Gabe Amo, que formó parte del equipo de la Casa Blanca de Biden, será el primer congresista negro de Rhode Island tras ganar una votación especial en el primer distrito del estado.
Amo, hijo de inmigrantes de África occidental, se impuso en septiembre en unas primarias entre 12 candidatos para suceder al representante David Cicilline, que se retira. El martes derrotó al republicano Gerry Leonard, un veterano de la infantería de marina, en un distrito de mayoría demócrata.
Y Filadelfia tendrá su primera alcaldesa, después de que la demócrata Cherelle Parker derrotara al republicano David Oh en una ciudad abrumadoramente demócrata.