Los guepardos suelen ser cazadores diurnos, pero de acuerdo con un nuevo estudio, estos rápidos felinos estarían moviendo su actividad hacia el amanecer y el atardecer en los días en que hace más calor.
Desafortunadamente para los guepardos, esto significa estar más expuestos a potenciales conflictos con depredadores nocturnos competidores como leones y leopardos, indican los autores del artículo publicado el miércoles en la revista Proceedings of the Royal Society B.
“El cambio de temperatura puede afectar los patrones de comportamiento de especies de grandes carnívoros, así como las dinámicas entre especies”, dijo Briana Abrahms, bióloga de la Universidad de Washington y coautora del estudio.
Si bien los guepardos comen solamente carne fresca, leones y leopardos a veces buscan de manera oportunista la comida de depredadores más pequeños.
“Normalmente, los leones y los leopardos matan a sus presas, pero si se encuentran con la presa de un guepardo, intentarán llevársela”, explicó Bettina Wachter, bióloga conductista que dirige el Proyecto de Investigación sobre el Guepardo en el Instituto Leibniz de Investigación sobre Zoológicos y Fauna Salvaje.
“Los guepardos no pelean con esos felinos más grandes, simplemente se van”, dijo Wachter, que está afincada en Namibia y no participó en el estudio.
Cazar a distintas horas del día es una estrategia largamente evolucionada para reducir los encuentros entre las múltiples especies de depredadores que comparten el paisaje mixto de sabana y bosque del norte de Botsuana.
Pero el nuevo estudio descubrió que en los días más calurosos, cuando las temperaturas máximas se disparaban hasta casi 45 grados Celsius (113 grados Fahrenheit), los guepardos se volvían más nocturnos, lo que aumentaba en un 16% el tiempo que sus horas de caza se superponían con las de los grandes felinos rivales.
“Hay más posibilidades de que se produzcan encuentros poco amistosos y de que haya menos comida para los guepardos”, afirma Kasim Rafiq, coautor del estudio y biólogo de la Universidad de Washington y de la organización sin ánimo de lucro Botswana Predator Conservation Trust.
Para el estudio actual, los investigadores colocaron collares de seguimiento por GPS a 53 grandes carnívoros —entre ellos guepardos, leones, leopardos y perros salvajes africanos—, y registraron sus ubicaciones y horas de actividad durante ocho años. Compararon estos datos con los registros de temperatura máxima diaria.
Aunque los ciclos estacionales explican la mayor parte de las fluctuaciones de temperatura en el periodo estudiado, de 2011 a 2018, los científicos afirman que los cambios de comportamiento observados permiten vislumbrar el futuro de un mundo en calentamiento.
En la siguiente fase de la investigación, los científicos planean utilizar dispositivos de grabación de audio y acelerómetros —“como un Fitbit para grandes felinos”, dijo Rafiq— para documentar la frecuencia de los encuentros entre grandes carnívoros.
Además de la competencia con leones y leopardos, los guepardos ya sufren una fuerte presión por la fragmentación de su hábitat y los conflictos con los humanos.
Los guepardos, el animal terrestre más rápido, son los grandes felinos más escasos de África, con menos de 7.000 ejemplares en libertad.
“Estos cambios climáticos podrían ser realmente críticos si miramos hacia el futuro: se prevé que el clima sea mucho más cálido en esta parte de África donde viven los guepardos, en Botsuana, Namibia y Zambia”, afirma Wachter, del Cheetah Research Project.
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