MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
Polonia está considerado uno de los países de la UE con leyes más restrictivas en materia de aborto. Su regulación se endureció en 2020 con una sentencia del Tribunal Constitucional que ilegalizó dicha práctica en caso de malformación del feto y las organizaciones de Derechos Humanos han denunciado un repunte de denuncia contra mujeres y personal sanitario.
La izquierda aspira ahora a capitalizar los resultados de las elecciones de octubre y la aparente falta de mayoría del PiS para revertir algunas de las medidas de los últimos años, a la espera en cualquier caso de que el opositor Donald Tusk pueda ser nombrado primer ministro y de ver cómo encajan temas sociales como el aborto dentro de una futura coalición donde no existe consenso en este tema.
Las diputada Anna Maria Zukowska, de Nueva Izquierda, ha presentado ya dos proyectos con los que quiere, por un lado, consagrar el derecho a la interrupción del embarazo hasta la semana 12 --y en circunstancias graves en etapas posteriores-- y, por otro, garantizar la asistencia sanitaria y que no se persigue al personal médico que lo practique, según la agencia de noticias PAP.
A día de hoy, el aborto sólo es legal en casos de los supuestos de violación o cuando la vida de la gestante está en riesgo y la investigadora de Human Rights Watch (HRW) Hillary Margolis ha denunciado lo que considera una "caza de brujas" sobre las mujeres.