Especialistas advierten los riesgos de consumir elevadas cantidades de comida procesada debido a los conservadores, colorantes y demás sustancias nocivas para la salud, pero ante el ritmo de vida acelerado en urbes como la Ciudad de México (CDMX), una de las opciones asequibles para satisfacer la necesidad de alimentos son los puestos callejeros.
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Según el investigador Jose-Benito Rosales Chavez, profesor de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos), los puestos de comida y las tiendas de abarrotes son la principal fuente de alimentos y bebidas para los hogares mexicanos.
La UNAM difundió los resultados del trabajo del investigador, quien analizó 391 puestos, de los cuales 38.1% se dedica a la venta de comida recién preparada; 29.8% comercia dulces; 19.7% frutas y verduras; y el resto otros insumos (12.4%).
Los resultados de su investigación se publicaron en la revista Journal of Nutrition Education and Behavior, la cual realizó a partir de 2018 en varias alcaldías, mediante un censo aleatorio enfocándose en las calles donde es posible encontrar comida por la mañana, tarde o noche, además de conocer los tipos de alimentos y sus diferencias.
Destaca en primer lugar que la mayoría de los puestos callejeros en la Ciudad de México (CDMX) se ubican en áreas de ingresos medios, principalmente cerca de hogares y oficinas.
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Esto refuta la literatura tradicional, la cual refiere que los puestos de comida se encuentran en lugares de bajos ingresos, pero este no es el caso para la Ciudad de México, explica Rosales Chavez.
La investigación arroja que la distribución de la mayoría de los comercios está cerca de los hogares, aunque en ocasiones había varios que son una combinación de hogares y sitios laborales; le siguen los centros de transporte, de trabajo y, al último, los centros comerciales.
Durante la charla “Negocios de comida callejera y sus efectos en la salud: una propuesta de investigación”, enfatizó que este es uno de los pocos estudios dedicados a la venta de alimentos en las calles.
Rosales Chavez comparó la situación con el consumo en Estados Unidos, donde la gente desconoce qué es la “comida tradicional”, pues allá lo que más se compra es la de franquicias, y recientemente se pusieron de moda los foodtrucks.
Sin embargo, en México hay tortillerías, tiendas de abarrotes, fruterías, puestos de comida, mercados, tianguis, etcétera.
Recordó que según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la comida callejera se relaciona con alimentos y bebidas listas para consumir, que son preparadas y/o vendidas por comerciantes en la vía pública usando diversos métodos, como carritos, bicicletas, puestos, entre otros, los cuales no son parte de un lugar con más de tres paredes permanentes.
El especialista sugirió que si se busca aumentar el acceso a los alimentos no procesados podría llevarse a cabo a través de los minoristas tradicionales, como ocurre en nuestro país en tianguis o mercados.