VALLADOLID, 21 (EUROPA PRESS)
Fiscalía de Valladolid ha elevado a definitiva su solicitud global de 47 años de cárcel para cada uno de los integrantes del matrimonio de origen colombiano formado por O.A.O.R. y M.C.M. al considerar plenamente probado el maltrato infligido a sus dos hijos de un año y dos meses a los que, según sostiene, causaron numerosas fracturas "dolosas" que han dejado secuelas al mayor de los hermanos.
El juicio por estos hechos ha quedado visto para sentencia este martes en el Juzgado de lo Penal número 3 de la capital vallisoletana, donde la pareja ha negado categóricamente la autoría de las lesiones que el mayor de sus hijos, Ismael, tenía en forma de fracturas en las tibias y fémures de ambas piernas y en los húmeros de los dos brazos y las que su hermano menor, Tomás, presentaba en las dos costillas y la clavícula izquierda, junto con una hemorragia conjuntival en su ojo izquierdo.
El padre de familia no ha sabido explicar el origen de las lesiones del mayor de ambos hermanos y ha alegado que ya en Colombia, país de origen del que llegaron a Valladolid el 13 de marzo de 2019 huyendo de los paramilitares, presentaba una "piernita desviada, una deformidad que le impedía moverse con normalidad", mientras que en el caso de su otro hijo, Tomás, quien nació ya en la capital del Pisuerga, ha atribuido las fracturas a una caída accidental cuando le estaba bañando.
El encausado, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha recordado que tras solicitar asilo político su familia quedó a recaudo de Cruz Roja, primero en un piso compartido en la calle Neptuno del barrio de La Victoria y un mes después en otra vivienda, también con más acogidos, en el Paseo Juan Carlos I, en el barrio de Los Pajarillos, y que a partir de entonces acudieron hasta en tres o cuatro ocasiones con Ismael al Centro de Salud de La Victoria, la primera de ellas al presentar el niño tos, mocos y falta de apetito.
"NO HEMOS MALTRATADO JAMÁS A NUESTROS HIJOS"
"Nosotros no hemos maltratado jamás a nuestros hijos, en absoluto, somos muy cuidadosos con ellos", ha declarado O.A.O.R, lo mismo que ha reiterado a la conclusión del juicio, al hacer uso de su derecho a pronunciar unas últimas palabras, pero ya llorando desconsolado.
"Soy padre desde los 18 años y desde estos últimos cuatro y medio me he visto privado de mis dos hijos. No es justo que se nos trate como a padres maltratadores", ha incidido el encausado, quien tiene dos hijos de una relación anterior y otros cinco con su actual pareja. Sin embargo, a raíz de estos hechos tienen retirada la guarda y custodia tanto de Ismael como de Tomás.
Su mujer, M.C.M, también ha negado haber maltratado a sus hijos o permitir al anterior que lo hiciera y ha atribuido el origen de las fracturas del hijo menor a un supuesto atrapamiento entre el somier y el colchón de la cuna y las de su hermano mayor a las maniobras de alumbramiento que sufrió en Colombia.
"Fue un parto problemático, mi hijo no salía y el que me asistía se me subió encima de la tripa y empezó a presionar y a realizar maniobras que hoy me han contado que están prohibidas", ha indicado la acusada, quien también ha achacado la grave malnutrición que presentaba Ismael al hecho de que a éste no le gustaba nada la comida que les facilitaba Cruz Roja y tan solo se alimentaba de leche de vaca.
Por ello, la mujer, al igual que el anterior en su último turno antes de la conclusión del juicio, ha tomado la palabra para reiterar la inocencia de ambos. "No es justo que viniéramos con la intención de iniciar una nueva vida que se ha convertido ahora en una tortura", ha concluido llorosa.
Fue a partir de una primera visita con Ismael al Centro de Salud de la Victoria, al que acudió el matrimonio con Ismael por tos y falta de apetito, cuando la pediatra quedó sorprendida al apreciar en el niño una importante desnutrición y un grave retraso psicomotor. "Estaba muy bajo de peso, no gateaba, de forma que solicité distintas interconsultas con otros especialistas", ha recordado la facultativa de Atención Primaria, quien ha apuntado que ante sí vio a una pareja "desbordada, muy cansada, con una madre muy joven, en avanzado estado de gestación de su segundo hijo".
ACTIVACIÓN DEL PROTOCOLO
Sin embargo, la pareja, ha relatado la pediatra, se ausentó de las siguientes consultas y ante ello se la citó un día en el Hospital Clínico Universitario y fue allí, tras una primera consulta en Neurología y las posteriores radiografías realizadas a ambos hermanos, cuando se activó el protocolo de alarma ante un posible caso de maltrato y los presuntos responsables permanecieron detenidos durante tres días.
"Lo recuerdo como un caso extraordinario, muy llamativo por el número de fracturas", ha apuntado una médico adjunta del Clínico, quien ha advertido en el juicio de que "no había causa que justificara aquello" y no era creíble que Ismael se hubiera ocasionado tales lesiones con una caída de la cama desde una altura de 90 centímetros, tal y como entonces alegó su progenitora.
Otra pediatra del citado centro hospitalario también ha recordado que tras las primeras radiografías realizadas a Ismael y el correspondiente informe genético, que descartó una posible osteogénesis o la enfermedad de los huesos de cristal, tumbó en la cama a su hermano menor, Tomás, para explorarle y ya entonces observó que tenía una fractura con desplazamiento de su clavícula izquierda, además de que no podía mover el brazo izquierdo.
Las radiografías complementarias desvelaron fracturas simétricas en las dos costillas, fruto de "traumatismos de alta energía", a lo que se sumó la hemorragia en el ojo izquierdo que individualizada podría explicarse como accidental por un simple esfuerzo al vomitar pero que en su conjunto con otras lesiones venía a objetivar que se trataba de un posible caso de maltrato, ha aseverado la pediatra.
Tanto los facultativos como los médicos forenses que emitieron informe pericial sobre las lesiones halladas en ambos menores descartan que éstas se hubieran producido durante el parto de Ismael en Colombia y el alumbramiento de Tomás en Valladolid, ya que las mismas hubieran sido detectadas a posteriori y tratadas. En el caso del mayor de los hermanos, aún persisten los efectos de una cojera, mientras que el menor se ha restablecido por completo.
Ante ello, la fiscal del caso ha mantenido la imputación contra la pareja, a la que solicita penas que suman 47 años de cárcel para cada uno de ellos tras advertir de que "eran los cuidadores directos" de los niños "de manera permanente" y pese a ello les ocasionaron "lesiones dolosas", algo que la defensa, que solicita un fallo absolutorio y alternativamente una condena por lesiones por imprudencia, con la atenuante de dilaciones indebidas, ha rechazado de plano.
NO SON UNOS "SERES SÁDICOS"
De hecho, el defensor ha tildado de "tremenda" la acusación de la fiscal y ha sostenido que la misma se apoya únicamente en "lagunas y vacíos", de ahí que cualquiera que no conozca los hechos pueda llegar a pensar que las dos personas que han entrado por esa puerta son unos "seres "sádicos", cuando para todas y cada una de las lesiones que presentaban sus hijos "hay un posible origen alternativo al maltrato", en alusión a daños sufridos durante el parto o por caídas accidentales, al tiempo que ha subrayado el importante detalle de que a ninguno de los menores se les apreció hematoma alguno.
"Estamos ante padres primerizos, desbordados, inexpertos, perdidos en el camino de la paternidad que no acaban de quitar los pañales al mayor y estaban a punto de dar a luz al segundo", ha concluido en su alegato final para pedir su absolución.