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Países Bajos celebra unas elecciones generales ante un futuro incierto tras el adiós de Rutte

El partido de centroderecha Nuevo Contrato Social irrumpe con fuerza en el panorama electoral

MADRID, 21 (EUROPA PRESS)

Los neerlandeses acudirán este miércoles a las urnas en el marco de unas elecciones generales convocadas de forma anticipada tras el adiós del ahora ex primer ministro Mark Rutte después de trece años al frente del país, lo que supondrá el inicio de una nueva era política cuyo liderazgo podría recaer en manos del partido de centroderecha Nuevo Contrato Social, de Pieter Omtzigt, uno de los principales favoritos de cara a la cita electoral.

La dimisión de Rutte por diferencias irreconciliables en el seno de la coalición de Gobierno, la cuarta desde que llegó por primera vez al poder, supuso el pistoletazo de salida de una carrera que reconfigurará la política neerlandesa.

Todo apunta a que el Nuevo Contrato Social, formación fundada hace tan solo unos meses, será el principal rival del partido liberal conservador de Rutte, el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), cuya candidata es Dilan Yesilgoz, actual ministra de Justicia e hija de refugiados turcos.

Al contrario que su predecesor y a pesar de su propia historia personal, Yesilgoz --que de hacerse con la victoria se convertiría en la primera mujer en ser nombrada jefa de Gobierno del país-- no ha descartado trabajar con el líder populista antiinmimgración Geert Wilders, del Partido por la Libertad (PVV), a pesar de las "enormes diferencias" entre ambos.

Un total de 26 partidos concurrirán a la contienda electoral para hacerse con los escaños de un Parlamento que quedará, a todas luces, fuertemente fragmentado, una situación que podría desencadenar una larga ola de negociaciones para lograr la formación de un gobierno.

La configuración del Ejecutivo se convertirá así en un proceso más importante que la propia cita electoral y esto ha llevado a algunos diputados a intentar trazar de antemano líneas y alianzas antes de acudir a las urnas.

La sorpresa electoral podría venir, no obstante, de la mano de Omtzigt; el Nuevo Contrato Social ha irrumpido con fuerza, según las encuestas, y está llamado a revolucionar la política neerlandesa. Su líder goza de una creciente popularidad tras haber expuesto en 2019 un escándalo relacionado con los subsidios para el cuidado infantil después de que el Gobierno acusara de forma infundada de fraude a más de 20.000 familias.

El político neerlandés, católico practicante, ha abogado por un nuevo liderazgo que incluya la creación de un Tribunal Constitucional y ha defendido al matrimonio homosexual, si bien no ha mostrado una postura clara en torno al acceso al aborto. Además, Omtzigt ha abogado por "hacer política de manera diferente" y ha afirmado que su objetivo es reducir la inmigración, mejorar la seguridad financiera de las familias de bajos ingresos e introducir una reforma fiscal.

Aunque no descarta convertirse en el próximo primer ministro del país, ha dejado claro que su preferencia se encuentra en el Parlamento y ha negado en todo momento la posibilidad de trabajar con el ultraderechista Wilders, que sigue insistiendo en prohibir las mezquitas, el Corán y los colegios islámicos en todo el país.

Yesilgoz ha criticado esta falta de "ambición" por parte de Omtzigt y ha recalcado que ser líder es "tomar decisiones" y no "dudar eternamente o aparecer con fórmulas vagas". "Liderar este país es un honor, y no algo que haces a desgana. Si no quieres ser primer ministro, simplemente dilo", ha puntualizado.

Según las encuestas, el partido de Wilders se encuentra en cuarto lugar en intención de voto, por detrás de la alianza del Partido del Trabajo y los Verdes del GroenLinks (GL/PvdA) que encabeza el exvicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans, que se ha convertido en uno de los pocos candidatos de izquierda que cuenta con apoyos significativos de cara a los comicios.

VOTO ESTRATÉGICO

Con asuntos de vital importancia sobre la mesa, como el alto precio de la vivienda, la migración, el estado de la sanidad neerlandesa y el cambio climático, entre otras cuestiones, son precisamente los partidos de izquierda los que han pedido a la población votar de forma estratégica para evitar que figuras como Wilders lleguen al poder.

Sin embargo, aunque políticos como Timmermans y Omtzigt cierran la puerta al PVV, otros, como la candidata del derechista Movimiento Campesino-Ciudadano Caroline van der Plas, han sugerido que dicho partido podría figurar como socio de un gobierno en minoría en el que el VVD lleve la batuta.

El Parlamento neerlandés cuenta con un total de 150 escaños, por lo que el gobierno necesita al menos 76 para lograr la mayoría, algo que no ha conseguido ninguna formación por sí sola en más de un siglo.

La política neerlandesa ha presenciado durante los últimos tiempos una caída de los apoyos a los dirigentes y formaciones más tradicionales, que han ido perdiendo votos paulatinamente, una tendencia que se ha hecho plausible en gran parte de Europa. A esto se suma el aumento de partidos más pequeños, con la posibilidad de que sean ahora 18 las formaciones que logren hacerse con el mínimo legal obligatorio para entrar en el Parlamento.

Tras el adiós de Rutte son ahora estas formaciones las que tendrán que hacer frente al principal escollo de la política neerlandesa: aislar a la ultraderecha mientras logra la aprobación de una ley que ataje la crisis migratoria y una política efectiva que haga frente a la escasez de viviendas.

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