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China amplía su represión sobre mezquitas a regiones fuera de Xinjiang, según Human Rights Watch

ARCHIVO - Un musulmán hui chino mira una maqueta de la Gran Mezquita de La Meca en la localidad de Yichuan durante el Ramadán, en la provincia de Ningxia, China, el sábado 21 de octubre de 2006. (AP foto/Elizabeth Dalziel, Archivo) AP (ELIZABETH DALZIEL/AP)

El gobierno chino ha ampliado su campaña de cierres de mezquitas a regiones fuera de Xinjiang, donde se le acusa desde hace años de perseguir a minorías musulmanas, según un reporte de Human Rights Watch publicado el miércoles.

Las autoridades han clausurado mezquitas en la región norteña de Ningxia y en la provincia de Gansu, donde hay grandes comunidades de musulmanes hui, dentro de un proceso conocido oficialmente como “consolidación”, según el informe, elaborado a partir de documentos públicos, imágenes por satélite y declaraciones de testigos.

Las autoridades locales también han retirado elementos arquitectónicos de las mezquitas para que parezcan más “chinas”, dentro de una iniciativa del Partido Comunista, que gobierna el país, de estrechar su control sobre la religión y reducir el riesgo de posibles desafíos a su control.

El presidente, Xi Jinping, pidió en 2016 una “chinacización” de las religiones, lo que dio inicio a una campaña concentrada en la región occidental de Xinjiang, donde viven más de 11 millones de uygures y otras minorías musulmanas.

Un reporte de Naciones Unidas determinó el año pasado que China podría haber cometido “crímenes contra la humanidad” en Xinjiang, lo que incluiría la construcción de una red de campos de internamiento extrajudicial donde se cree que han sido retenidos al menos un millón de uygures, huis, kazajos y kirguises.

Las autoridades chinas han desmantelado, cerrado, demolido o reconvertido mezquitas para usos seculares en regiones fuera de Xinjiang dentro de una campaña para perseguir la expresión religiosa, afirmó Human Rights Watch.

En respuesta a una petición de comentarios de Associated Press, el Ministerio chino de Exteriores dijo que Beijing da una gran importancia a la protección y reparación de las mezquitas, y salvaguarda las necesidades religiosas normales de los creyentes.

“Las organizaciones relevantes deben abandonar sus sesgos ideológicos contra China y dejar de utilizar cuestiones religiosas para ejercer la manipulación política y empañar la imagen de China”, indicó el Ministerio en un comunicado.

Una de las primeras referencias a la “consolidación de mezquitas” aparecía en un documento interno del partido de abril de 2018, que se filtró a medios estadounidenses dentro de un paquete de documentos conocido como los “papeles de Xinjiang”. El documento daba instrucciones a las agencias estatales en todo el país de “reforzar la gestión estandarizada de la construcción, renovación y expansión de sedes religiosas islámicas” y recalcó que “no debe haber sedes islámicas de nueva construcción” para “reducir el número total (de mezquitas)”.

“El gobierno chino no está ‘consolidando’ mezquitas como asegura, sino cerrando muchas en violación de la libertad religiosa”, afirmó Maya Wang, directora en funciones para China en HRW. “El cierre, la destrucción y la reconversión de de mezquitas por parte del gobierno chino forma parte de un esfuerzo sistemático para limitar la práctica del islam en China”.

En los poblados de Liaoqiao y Chuankou en Ningxia, las autoridades desmantelaron las cúpulas y minaretes de las siete mezquitas de la zona y derribaron los edificios principales de tres de ellas entre 2019 y 2021, según videos e imágenes compartidos en internet y corroborados con imágenes por satélite por los investigadores del grupo.

Además, la sala de abluciones de una mezquita sufrió daños en el interior, según videos a los que tuvo acceso el grupo.

The Associated Press no pudo verificar de forma independiente los cambios descritos en el reporte.

La política de “consolidar mezquitas” también se mencionaba en un documento de marzo de 2018 publicado por el gobierno de Yinchuan, capital de Ninxia. Según el medio, el gobierno quería “controlar estrictamente el número y la escala de las sedes religiosas” y pedía que las mezquitas adoptaran “estilos de arquitectura chinos”.

El documento sugería que la “integración y combinación de mezquitas” podría “resolver el problema de demasiadas sedes religiosas”.

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