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Familias de rehenes israelíes que no serán liberados en la tregua con Hamás siguen en una pesadilla

Ofri Bibas Levy viste una camiseta con la fotografía de su hermano, su cuñada y los dos hijos de ambos, de 4 años y 10 meses de edad, que están cautivos en Gaza, el martes 21 de noviembre de 2023, en Tel Aviv, Israel. (AP Foto/Ariel Schalit) AP (Ariel Schalit/AP)

TEL AVIV, Israel (AP) — Ofri Bibas Levy ha estado atormentada por pesadillas desde el 7 de octubre, cuando su hermano, su cuñada y los dos hijos pequeños de ambos fueron llevados por combatientes de Hamás a la Franja de Gaza.

En esos sueños ve a sus parientes cautivos, a todos excepto a su hermano Yarden. Esa omisión subconsciente podría reflejar el calvario por el que pasa: se prevé que sólo haya mujeres y niños entre los 50 rehenes liberados durante un cese del fuego de cuatro días entre Israel y Hamás que comenzó el viernes.

Todos los hombres, y muchas mujeres, seguirán cautivos en Gaza por ahora. No está claro si se prevé que todos los niños sean liberados. Hamás liberó a 24 personas el viernes: 13 mujeres y niños israelíes, 10 tailandeses y un filipino.

“Es un acuerdo que pone a las familias en una situación que es inhumana. ¿Quién saldrá y quién no?”, preguntó Bibas Levy. “¿Los niños salen, pero mi hermano y muchas otras personas se quedan?” Sus parientes no estaban entre los liberados en el primer intercambio.

El acuerdo traerá alivio a docenas de personas cuyos parientes están cautivos, al igual que a los palestinos en Gaza, que han soportado semanas de bombardeos y condiciones terribles.

Pero debido a que los combatientes tienen a unos 240 rehenes, no todas las familias se reunirán con sus parientes bajo el acuerdo actual. Hay algo de esperanza de que el acuerdo pudiera extenderse: Israel ha dicho que extenderá la tregua un día por cada 10 rehenes que sean liberados.

Sin embargo, se prevé que muchas familias sigan desconociendo el destino de sus seres queridos.

La tribulación de los rehenes —entre los que hay hombres, mujeres, bebés, niños y adultos mayores— ha sobrecogido a los israelíes. Las familias de los cautivos se han embarcado en una campaña para liberar a sus seres queridos que ha incrementado la presión sobre el gobierno israelí para que haga concesiones y asegure su liberación.

La presión y el respaldo público generalizado a las familias podría obligar al gobierno a extender el cese del fuego, pese a que ha prometido seguir combatiendo una vez que expire la tregua actual.

Asegurar la libertad de todos los rehenes, especialmente la de los soldados, podría resultar difícil. Los combatientes de Gaza consideran a los cautivos una importante moneda de cambio en su guerra con Israel.

El líder de Yihad Islámica, un grupo aliado de Hamás, dijo el viernes que los soldados israelíes que fueron tomados como rehenes no serían liberados sino hasta que Israel deje libres a todos los prisioneros palestinos que tiene.

Bibas Levy ha puesto su vida en pausa con el fin de dedicarse a luchar para lograr la liberación de su familia. Sus sobrinos de 10 meses y 4 años de edad fueron unos de los más jóvenes en ser capturados. La terapista ocupacional, que se mudó de una comunidad del sur de Israel dos meses antes de la incursión de Hamás, dijo que seguirá luchando hasta que todos sus parientes regresen.

Dani Miran —cuyo hijo Omri fue tomado como rehén— ha estado angustiado por el bienestar de su hijo. En medio de la insoportable incertidumbre y sin una señal de vida durante siete semanas, se ve agobiado por pensamientos difíciles.

“Mi hijo no está en la lista. Tiene 46 años y espero que sus condiciones de salud sean tales que pueda hacer frente a todas las penurias que hay allí, que no lo hayan herido, que no lo hayan torturado ni le hayan hecho cosas que son inhumanas”, dijo Miran.

Para muchas familias, la noticia de un acuerdo ha desatado una mezcla de emociones: tristeza en casos en los que no prevén que sus seres queridos sean liberados, y esperanza de que ello pueda conducir a más liberaciones.

“Desearía que todos ellos regresaran, y creo que todos regresarán. Pero debemos tener paciencia, y simplemente ser fuertes”, manifestó Yaakov Argamani, cuya hija Noa, de 26 años, fue capturada, junto con docenas de otros adultos jóvenes, en un festival musical.

Muchas familias han dicho que no pueden soportar escuchar las noticias, ya que todo el estira y afloja de las negociaciones es paralizante. El acuerdo actual, alcanzado tras semanas de negociaciones intermitentes, parecía definitivo hasta que un obstáculo de último momento obligó a demorarlo un día.

“Es como una montaña rusa”, comentó Eyal Nouri, cuya tía Adina Moshe, de 72 años, estaba entre los liberados el viernes. Previamente, Nouri había dicho que no creía que ella estaría entre los liberados. El esposo de Moshe, Said, murió el 7 de octubre.

Para muchos, la pesadilla no terminará incluso si sus parientes quedan libres, señaló Nouri.

Tras la alegría de la reunificación, los liberados tendrán que hacer frente al trauma de su cautiverio, sus seres queridos muertos, sus comunidades destruidas y el hecho de que su país esté en guerra.

“Ella no tiene nada. No tiene ropa, ni casa, ni esposo ni pueblo. Nada”, dijo Nouri. Una vez que sea liberada, “necesitará construir su vida desde cero, a los 72 años de edad. Nuestras vidas son totalmente distintas”.

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