MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha acusado este lunes a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) de matar a cientos de civiles en el mes de noviembre, especialmente a aquellos pertenecientes a la comunidad masalit, en la región sudanesa de Darfur Occidental.
"El último episodio de asesinatos selectivos por motivos étnicos de las RSF en Darfur Occidental tiene el sello distintivo de una campaña organizada de atrocidades contra civiles masalit. El Consejo de Seguridad de la ONU debe dejar de ignorar la desesperada necesidad de proteger a los civiles de Darfur", ha declarado el investigador sobre Sudán de HRW Mohamed Osman.
Además de las matanzas, las RSF también habrían saqueado, asaltado y detenido de forma ilegal y masiva a miembros de la mencionada comunidad, según imágenes por satélite y de redes sociales consultadas por la ONG en la que se pueden observar el impacto de estos ataques, desde daño contra infraestructura civil y militar en incluso cuerpos en las calles y posibles nuevas tumbas.
De hecho, cerca de una veintena de testigos entrevistados por HRW han corroborado acciones de violencia sexual contra mujeres y niñas, de malos tratos y de torturas por parte de las milicias y sus aliados, que aún no han respondido a la carta que la ONG les envió al respecto.
Según los testimonios, durante los dos días de combates entre las RSF, declaradas en rebeldía, y el Ejército de Sudán, que comenzaron en el poblado de Ardamata (junto a la ciudad de Geneina) el pasado 1 de noviembre, ambos bandos bombardearon zonas civiles y, tras su victoria, los rebeldes asaltaron los campos de desplazados habitados por comunidades no árabes y comenzaron a ejecutar civiles, sobre todo a aquellos pertenecientes a la comunidad masalit.
"(Los asaltantes) me dijeron que saliera de la casa. En el momento en que salí, uno o dos de los árabes dispararon a los siete hombres desde cerca. Inmediatamente los ejecutaron. Todos quedaron tendidos en el suelo. Uno de los (asaltantes) me dijo: '¿Ves a cuántos hemos matado?' Me dijeron entonces que abandonara la ciudad", ha declarado un agricultor masalit en referencia a los ataques de las RSF en el campo de Ardamata.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en torno a 800 personas fueron asesinados durante los ataques de principios de noviembre en Ardamata, aunque las estimaciones de algunos observadores locales de Derechos Humanos, basándose en entrevistas a supervivientes que huían a Chad, han calculado que la cifra se sitúa entre 1.300 y 2.000 muertos.
Esta matanza provocó que al menos 8.000 personas huyesen hacia Chad, que se suman a los 450.000 desplazados por los combates que se han desarrollado en la región.
HRW PIDE A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL NO IGNORAR LAS MATANZAS
Las acciones de las RSF y sus aliados contra la población civil podrían ser perseguidas como crímenes de guerra y de lesa humanidad, según HRW, que también ha pedido a la comunidad internacional y a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU no ignorar la actual situación en Sudán, y aumentar tanto su presencia en el país como la imposición de más sanciones contra los actores involucrados en violaciones de Derechos Humanos.
En ese sentido, ha instado a apoyar los esfuerzos del Tribunal Penal Internacional (TPI) en sus investigaciones sobre los diferentes crímenes cometidos por ambos bandos en Darfur al mismo tiempo que ha mostrado su preocupación por la retirada de la misión de la ONU en Sudán (UNITAMS) a petición de Jartum, lo que reducirá la presencia del organismo en el país.
"El Consejo de Seguridad de la ONU y otras partes interesadas fundamentales deberían considerar todas las opciones para evitar nuevas atrocidades y proteger a la población civil. Como primer paso, los miembros del Consejo de Seguridad deberían organizar una visita al este de Chad para reunirse con los supervivientes de las actuales atrocidades en Darfur", ha señalado HRW.
Esta no es la primera vez que las RSF atacan a miembros de la comunidad masalit, pues el pasado 28 de mayo destruyeron la ciudad de Misterei y ejecutaron a al menos 28 miembros de la etnia, además de matar y herir a cientos de personas durante ese día. Entre 2019 y 2022, las RSF cometieron crímenes similares en Darfur Occidental tanto contra los masalit como contra otros grupos no árabes.
La guerra, que estalló el 15 de abril tras fuertes discrepancias entre el Ejército y las RSF sobre la integración del grupo paramilitar en el seno de las Fuerzas Armadas, que hicieron descarrilar el proceso de transición abierto tras el derrocamiento en 2019 de Omar Hasán al Bashir después de 30 años en el poder.
El conflicto ha dejado ya miles de muertos y más de 7,1 millones los desplazados internos en Sudán, lo que convierte al país africano con un mayor número de desplazados internos de todo el planeta, según Naciones Unidas. Las partes han mantenido recientemente conversaciones en Arabia Saudí, si bien no lograron pactar un alto el fuego.