WASHINGTON (AP) — El legislador republicano George Santos, en actitud desafiante, se niega a renunciar y dijo el jueves que su expulsión del Congreso antes de ser condenado por un tribunal sentaría un precedente que “significará la ruina de muchos miembros de este organismo”.
El representante de Nueva York podría ser el sexto legislador de la historia expulsado por sus colegas. Republicanos y demócratas han presentado resoluciones para expulsarlo y se prevé la votación para el viernes.
Santos sobrevivió a dos intentos de expulsión anteriores, pero un informe lapidario de la Comisión de Ética publicado el 16 de noviembre ha convencido a más legisladores que sus acciones merecen el castigo más severo que puede aplicar la cámara.
Santos se anticipó a la votación con una conferencia de prensa frente al Capitolio el jueves por la mañana. Dijo que, de las expulsiones anteriores, tres fueron por deslealtad a la Unión durante la Guerra Civil y dos a legisladores ya condenados por la justicia federal. A él, dijo, se le da un tratamiento diferente.
“Esto los perseguirá en el futuro, cuando basten meras denuncias para destituir a miembros debidamente elegidos por el pueblo en sus respectivos estados y distritos”, dijo Santos.
La Comisión de Ética de la cámara dijo tener “pruebas contundentes” de violaciones de la ley por Santos, las que elevó al Departamento de Justicia. El informe concluye que una investigación de varios meses de su conducta revela que “no se puede confiar en él”.
Según la comisión, Santos hizo que su comité de campaña presentara informes falsos o incompletos a la Comisión Electoral Federal, usó fondos de campaña para fines personales y violó la ley ética en el gobierno con respecto a declaraciones financieras presentadas a la cámara.
La justicia federal ha presentado un acta de 23 acusaciones, según la cual Santos robó las identidades de donantes a su campaña y usó sus tarjetas de crédito para realizar gastos de decenas de miles de dólares. Los fiscales dicen que Santos, que se ha declarado inocente, depositó parte del dinero en su cuenta bancaria personal y el resto en sus cofres de campaña.