ABUYA, Nigeria (AP) — La junta gobernante de Níger anuló el lunes dos acuerdos militares clave que la nación de África Occidental había firmado con la Unión Europea para ayudar a combatir la violencia en la región africana del Sahel, mientras que líderes castrenses nigerinos y un alto funcionario de defensa ruso discutieron temas de cooperación militar.
Antes del golpe de Estado que depuso al presidente Mohamed Bazoum, Níger había sido el último gran socio de Occidente y Europa en materia de seguridad en el Sahel, una vasta región al sur del desierto del Sahara que grupos extremistas islámicos han convertido en eje mundial de terrorismo.
En un memorando, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Níger dijo que el gobierno ha decidido “retirar los privilegios e inmunidades concedidos” en el marco de la Misión de Asociación Militar de la UE en Níger que se puso en marcha en febrero y que, como consecuencia, “no tiene ninguna obligación legal” relacionada con dicha asociación.
También desestimó la Misión de Desarrollo de Capacidades Civiles de la UE establecida en 2012 para reforzar el sector de la seguridad interna de Níger, revocando en la práctica su aprobación de las misiones.
Las medidas se suman a otras tensiones políticas entre Níger y la UE desde el golpe de Estado de julio.
El domingo, en una visita poco habitual, una delegación rusa encabezada por el viceministro de Defensa Lounous-Bek Evkourov se reunió con el general Abdourahmane Tchiani, líder de la junta de Níger, y con el secretario de Defensa Nacional, Salifou Mody. Ambas partes celebraron más reuniones el lunes para tratar asuntos militares y de defensa.
“En el centro de las discusiones está el fortalecimiento de la cooperación entre los dos países en el campo de la defensa”, dijo el Ministerio de Defensa de Níger en un comunicado.
La mayoría de los aliados económicos y de seguridad extranjeros de Níger han sancionado al país, incluida Francia, que tenía 1.500 soldados operando en Níger. A todos ellos se les ha pedido que se marchen.
Los analistas afirman que, aunque las sanciones regionales e internacionales para obligar a la junta a dar marcha atrás en su golpe de Estado han presionado al país, también han envalentonado al gobierno militar, el cual busca nuevas alianzas.