SEÚL (AP) — Corea del Norte acusó el lunes a Estados Unidos de tener un doble estándar, al permitir que Corea del Sur lance un satélite espía desde territorio estadounidense tras condenar un lanzamiento similar norcoreano.
El viernes pasado, Corea del Sur lanzó su primer satélite espía de fabricación propia, desde la Base Espacial Vandenberg en California. Ello tuvo lugar después que el gobierno norcoreano colocó en órbita su primer satélite espía, el 21 de noviembre.
A diferencia del lanzamiento surcoreano, el lanzamiento norcoreano provocó críticas inmediatas de Washington, Seúl y sus aliados debido a que viola las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. El organismo mundial considera que todo lanzamiento norcoreano con tecnología balística es una fachada para encubrir sus pruebas de misiles. Corea del Norte insiste en que tiene derecho a lanzar satélites y probar misiles por lo que considera son amenazas orquestadas por Estados Unidos.
“Es una tragicomedia espacial que Estados Unidos se afana con denuncias y sanciones ilegales en respuesta al ejercicio de soberanía (norcoreana), mostrando un claro doble estándar al lanzar desvergonzadamente un satélite espía (surcoreano)”, dijo en un comunicado un vocero no identificado de la Administración Nacional de Tecnología Aeroespacial Norcoreana.
“Si la lógica tipo gángster de Estados Unidos... es aceptada y tolerada, la paz y la estabilidad global quedarán expuestas a un peligro grave e irrevocable”, añade la declaración
Corea del Norte afirma que su satélite espía ha enviado imágenes de instalaciones clave en Estados Unidos y Corea del Sur, incluyendo la Casa Blanca y el Pentágono, pero no ha difundido tales imágenes. Muchos expertos externos dudan que el satélite pueda enviar imágenes militarmente útiles.
Corea del Norte dice que lanzará más satélites espías para monitorear mejor los movimientos de sus rivales y para mejorar la puntería de sus misiles guiados.
Corea del Sur ha firmado un contrato con SpaceX para lanzar otros cuatro satélites espías en 2025. La creación de una red propia de vigilancia espacial podría librarlo de su dependencia en los satélites estadounidenses. Según expertos, colocar un satélite a bordo de un cohete de SpaceX es más económico.