MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
Esta segunda etapa comenzó el verano de 2022, desde el lago el lago Vaniku hasta el río Piusa. La frontera estonio-rusa tiene un total de 338 kilómetros, si bien gran parte de ella discurre por el centro del lago Peipus.
A pesar de que gran parte de la frontera se extiende por terreno boscoso y de difícil acceso, esto no impide, sin embargo, que las personas intenten cruzar ilegalmente la frontera, pero sí dificulta que los guardias fronterizos respondan eficientemente a los incidentes fronterizos, explica el Gobierno estonio.
El director general de la Policía de Fronteras de Estonia, Egert Belisev, ha destacado que a pesar de que "se trataba de una obra muy compleja" tanto por el terreno como por las obras en sí, la construcción se ha completado casi un año y medio antes de lo previsto inicialmente".
Por su parte, el ministro del Interior, Lauri Laanemetsa, ha destacado que garantizar la seguridad de las fronteras no es solo un compromiso para con los ciudadanos de Estonia, sino también para con la Unión Europea.
"La libre circulación de bienes y personas pasa por la seguridad en la frontera exterior Schengen, y esto comienza y termina aquí", ha señalado el ministro, quien ha informado de que 2025 es la fecha marcada para el fin del resto de las obras, que pasan también por levantar nuevos centros de control y equipar a los agentes.
Estonia es uno de los países de la región que ha venido reforzando la seguridad de su frontera con Rusia, a quien acusa de empujar la inmigración irregular hacia su territorio, en una suerte de represalia por las sanciones que Occidente viene lanzando contra Moscú por la invasión de Ucrania.