Este viernes un avión Boeing 737 MAX-9 de Alaska Airlines experimentó un episodio de despresurización después de que una sección del fuselaje explotara poco después del despegue, lo que llevó a la tripulación a retornar al aeropuerto de partida y aterrizar sin incidentes.
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En un comunicado, la compañía aseguró que de acuerdo con las directrices emitidas por la Administración Federal de Aviación (FAA), decidió mantener en tierra sus aeronaves B737 MAX-9 hasta que completen el proceso de revisión correspondiente.
La inspección de su flota MAX-9 se llevará a cabo de manera expedita para retomar las operaciones programadas, “mientras colaboramos estrechamente con Boeing y las autoridades competentes”, dice el documento.
La inmovilización temporal y la realización de inspecciones en algunos aviones Boeing 737 Max 9 son operados por aerolíneas estadounidenses.
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De acuerdo con la FAA, la medida afecta a aproximadamente 171 aviones en todo el mundo. Alaska, siendo el segundo mayor operador mundial de este modelo, ya había dejado en tierra su flota Max 9 tras el incidente, seguida por United Airlines Holdings, el principal operador del modelo, que también retiró algunos aviones para realizar inspecciones.