El gobierno de la Ciudad de México anunció que la calle que rodea el Zócalo sería peatonal, para mayor disfrute del primer cuadro de la capital, este es un sitio en donde se han desarrollado siglos de historia, desde el asentamiento de los mexicas, la llegada de los conquistadores europeos, hasta ser sitio de los encuentros políticos, culturales y festivos más importantes de México.
Con tantos años de historia, esta explanada también ha tenido varias intervenciones, fue mercado, tuvo jardines, además de que sus dimensiones han variado con el tiempo, su nombre también se ha modificado: Plaza Mayor, Plaza del Palacio, Plaza Principal y Plaza de Armas.
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El gobierno capitalino afirmó que limitar la circulación de vehículos es para que haya accesibilidad peatonal permanente, apreciar la configuración urbana de la Plaza de la Constitución, fomentar y promover la movilidad sustentable y revitalizar el uso del espacio público para la convivencia.
El arquitecto y arqueólogo Ignacio Marquina establece que las dimensiones que tuvo el Zócalo en la época prehispánica, en donde se encontraba el recinto sagrado tenochca, ocuparía el área que ahora delimitan las calles San Ildefonso, González Obregón, El Carmen, Correo Mayor, Moneda, la banqueta frontal de la Catedral Metropolitana, Monte de Piedad y República de Brasil.
Con la modificaciones que hicieron tras la conquista, en medio de la Plaza Mayor de colocaron la horca y la picota, al norte se construyó la Iglesia Mayor que con el pasó de los años se demolió para construir la Catedral Metropolitana, al oriente el Palacio Virreinal (actual Palacio Nacional), al oriente se establecieron el cabildo, carnicería y la cárcel y en los solares al poniente se abrieron comercios.
En 1692 hubo un motín por la escasez de maíz y maltrato hacia los indígenas, en la revuelta se incendió el Palacio Virreinal, la casa del Ayuntamiento y casi 300 cajones de madera que se usaban para la vendimia en la explanada.
Tres años después comenzó la construcción del Mercado del Parián, que se inauguró en 1703, pero al ser insuficiente, los comerciantes tomaron de nuevo la plaza. Fue hasta 1789 cuando se ordenó el mejoramiento de la plaza, se retiraron la horca y la picota y se cubrió la acequia cercana al cabildo.
De acuerdo con un trabajo de investigadores de la Dirección de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el terreno de la plaza de rebajó y quedaron al descubierto los monolitos de la Coatlicue y la Piedra del Sol.
En 1798, el virrey Branciforte mandó construir una plazoleta enrejada frente al actual Palacio Nacional para colocar una escultura ecuestre de Carlos IV, encargada un año antes a Manuel Tolsá, monumento que actualmente está en la explana del Museo Nacional de Arte (Munal).
La Plaza Mayor cambió de nombre a Plaza de la Constitución en 1812, cuando México juró la Constitución de Cadiz. En 1828 el mercado del Parián fue saqueado y los comerciantes se ubicaron en las calles de Plateros (Madero), de la Monterilla (5 de Febrero) y de Flamencos (Pino Suárez), además por las malas condiciones en que estaba, en 1843 Antonio López de Santa Anna ordenó su demolición para que en el centro de la plaza se edificará un monumento a la independencia.
Fue el 16 de septiembre de 1843 cuando inició la construcción del “zócalo”, es decir, ala base que sostendría al monumento, pero éste nunca se construyó y la estructura y sus alrededores comenzaron a ser usados para diversas actividades, como vendimias, fiestas, celebraciones, exposiciones agrícolas y ganaderas en la que ya se llamaba Plaza de Armas.
En 1866, durante el imperio de Maximiano de Habsburgo, se habilitó el Paseo del Zócalo, en el que la explanada lució con jardines, corredores en las esquinas que conectaban al centro, fuentes en cada ángulo, 62 bancas de hierro, árboles para proporcionar sombra y alumbrado de gas hidrógeno.
En 1875 se instaló un quiosco, cinco años después comenzó a denominarse zócalo a los jardines colocados en las plazas principales de varias poblaciones. La popularidad del Paseo Zócalo decayó a principio del siglo XX y la zona fue descuidada, en 1914 se retiró el quiosco y también se talaron los árboles y en 1936 se abrió la avenida 20 de noviembre.
Fue hasta la década de 1950 cuando el regente del Departamento del Distrito Federal, Ernesto Uruchurtu, mandó a nivelar el piso y cubrir el jardín con pavimento, en donde solo hubo alumbrado público y el asta bandera.
El uso de la plaza y las dinámicas económicas, trabajos de alumbrado, telefonía, drenaje, entre otros, generaron desniveles en el Zócalo aunque no era visibles a simple vista, por lo que en 2017 se rehabilitó por completo la plancha con un piso completamente nuevo, se amplió la superficie de aplaza hasta los 20 mil 800 metros cuadrados.
La historia completa y salvamentos arqueológicos se puede leer aquí.
