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Encarcelan a sacerdote en CDMX por abusar de su ahijado en una posada

Se estima que el 50% de los obispos mexicanos han manejado inadecuadamente las denuncias de abuso

Se le presume inocente hasta dictar sentencia. (Foto: Desde la Fe)
Se le presume inocente hasta dictar sentencia. (Foto: Desde la Fe) (Se le presume inocente hasta dictar sentencia. (Foto: Desde la Fe))

Sergio González Guerrero, quien fue anunciado en 2020 por la Arquidiócesis de México como uno de los 10 nuevos sacerdotes en el país, enfrenta ahora cargos de abuso tras ser acusado de perpetrar actos sexuales contra un adolescente al que fungía como padrino.

Según el periodista Carlos Jiménez, en diciembre del año pasado, González Guerrero habría cometido el abuso en contra de su ahijado durante una posada, lo que llevó a su detención el 15 de enero por parte de agentes de la Policía de Investigación de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.

Por su parte, el periodista Antonio Nieto añadió mayor información sobre el caso y aseguró que el abuso ocurrió en la alcaldía de Tlalpan el pasado 17 de diciembre.

De acuerdo con información del sitio Desde la Fe, originario de Pachuca, Hidalgo, este hombre de 36 años comenzó su conexión con la Iglesia durante la preparación para la Primera Comunión a los 17 años, momento en el cual se integró gradualmente a la vida eclesiástica y a grupos parroquiales, junto con sus primos.

La publicación señala que el interés de Sergio González por la iglesia se gestó durante sus visitas a enfermos, lo que lo llevó a ingresar al preseminario en la Diócesis de Pachuca y continuar posteriormente su formación religiosa.

En aquel entonces, González afirmó que, aunque su vocación “fue un regalo hermoso”, sentía que Dios lo guió para compartir la fe con su propia familia, que, a pesar de ser católica, no mantenía una proximidad significativa con la Iglesia.

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Otros casos de abuso

En México, se han reportado varios eventos mediáticos de abuso de menores por parte de personas religiosas, especialmente dentro de la Iglesia Católica.

Uno de los casos más destacados involucra al arzobispo emérito de San Luis Potosí, Jesús Carlos Cabrero Romero, acusado de encubrir un abuso sexual cometido en 2011. Cabrero Romero presuntamente obligó a los padres de la víctima a firmar una declaración jurada para mantener el caso en secreto. Similarmente, José Luis Chávez Botello, arzobispo emérito de Antequera-Oaxaca, fue señalado por encubrir a un sacerdote acusado de abusar de más de 100 niños en distintas parroquias. En el caso del obispo de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, se le acusa de proteger a un sacerdote condenado por violar a una niña y de no ofrecer compensación o apoyo psicológico a la víctima.

Otro obispo, Alonso Gerardo Garza Treviño de Piedras Negras, está acusado de intentar silenciar a víctimas de abuso y de encubrir al padre Juan Manuel Riojas Martínez, conocido como el padre Meño, condenado a 13 años de prisión por violación de un menor. Además, Jonás Guerrero Corona, obispo de Culiacán, está acusado de proteger a un sacerdote abusador que también producía pornografía infantil.

A pesar de las promesas de tolerancia cero hacia el abuso, muchos sacerdotes acusados han permanecido en el ministerio, y se estima que el 50% de los obispos mexicanos han manejado inadecuadamente las denuncias de abuso.

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