Un equipo de cirujanos conectó de manera externa un hígado de cerdo a un cuerpo humano con muerte cerebral y observó cómo filtraba exitosamente la sangre. Se trata de un paso hacia la posibilidad de aplicar la técnica en pacientes que tienen insuficiencia hepática.
La Universidad de Pensilvania anunció el innovador experimento el jueves, el cual emplea una nueva estrategia para los trasplantes de animales a humanos. En este caso, el hígado del cerdo fue utilizado fuera del cuerpo donado y no internamente, con lo que crearon un “puente” que podría ayudar a los hígados enfermos a realizar el trabajo de limpieza de sangre externamente, como una suerte de diálisis.
Los trasplantes de animales a humanos, llamados xenotrasplantes, han fracasado por décadas porque el sistema inmunitario de los humanos rechaza el tejido extraño. Ahora los científicos lo están intentando nuevamente con cerdos cuyos órganos han sido modificados genéticamente para ser más parecidos a los humanos.
En los últimos años, riñones de cerdos modificados genéticamente han sido trasplantados temporalmente en donantes con muerte cerebral para comprobar su funcionamiento, y dos hombres recibieron trasplantes de corazón de cerdo, aunque ambos fallecieron a los pocos meses.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) está sopesando la posibilidad de permitir que un reducido número de estadounidenses que necesitan un nuevo órgano puedan ofrecerse como voluntarios en estudios rigurosos que contemplen corazones o riñones de cerdo.
Algunos investigadores también quieren utilizar los hígados de cerdo. El hígado presenta complejidades distintas a las de los riñones o del corazón: filtra la sangre, elimina los residuos y produce sustancias necesarias para otras funciones corporales. En Estados Unidos, alrededor de 10 mil personas están actualmente en la lista de espera para un trasplante de hígado.
En el experimento de la Universidad de Pensilvania, los investigadores conectaron un hígado de cerdo —modificado genéticamente por eGenesis— a un dispositivo fabricado por OrganOx que normalmente ayuda a conservar los hígados humanos donados antes de un trasplante.
La familia de la persona fallecida, cuyos órganos no eran aptos para la donación, ofreció el cuerpo para la investigación. Con la ayuda de máquinas mantuvieron la sangre del cuerpo en circulación.
En el experimento, que se llevó a cabo el mes pasado, se filtró la sangre a través del dispositivo fabricado con el hígado de cerdo durante 72 horas. En un comunicado, el equipo de la universidad informó que el cuerpo del donante había permanecido estable y que el hígado de cerdo no mostró indicios de deterioro.
Se está trabajando mucho para desarrollar equipos que funcionen como la diálisis hepática, y experimentos con hígados de cerdo se intentaron hace años, antes de las avanzadas técnicas genéticas que existen hoy día, explicó el doctor Parsia Vagefi, del Centro Médico UT Southwestern, que no participó en el nuevo experimento pero sigue de cerca las investigaciones sobre xenotrasplantes.
“Les aplaudo por impulsar este proyecto”, afirmó Vagefi, quien calificó esta combinación de cerdo y dispositivo como un paso interesante hacia una mejor atención de la insuficiencia hepática.