Tradicionalmente el maíz es la base de la dieta mexicana desde hace siglos. Nuestros antepasados crearon platillos y bebidas hechas con esta planta que hasta hace poco, figuraba como el principal alimento para los mexicanos.
De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México, un gran número de mexicanos ha cambiado en los últimos años su dieta, abandonando lo tradicional como el consumo de proteína vegetal, por una opción más “globalizada” como la carne y el trigo.
Impacto en la salud
La modificación a la dieta impactó en la salud de la población azteca como lo apunta un estudio en el que se respalda la UNAM para compartir el dato.
En la investigación participó personal académico de la Universidad y en él destacaron que pudieron dividir a la población en cuatro sectores:
- Básico (seis por ciento de la población que lleva una dieta más tradicional basada en maíz y verduras)
- Prudente (incorpora de manera más balanceada diferentes grupos de alimentos e incluyen más frutas y vegetales)
- Alto en carnes (consume más carnes y cereales)
- Bajo en frutas (come muy pocas frutas, verduras, carne pero también ingiere más grasas y azúcares)
Un excesivo consumo de grasas, sales y azúcares de puede reflejar en el futuro en enfermedades degenerativas como diabetes, hipertensión, obesidad y ataques cardiacos, de acuerdo con la información del IMSS.
Puntualizaron que el objetivo del estudio fue “agrupar a las personas en Mexico dependiendo de los alimentos que consumen, de sus patrones de alimentación, los cuales permiten evaluar qué tan buena o mala es la dieta en las personas”.
Influye la edad y la zona donde habites
De acuerdo con la gaceta, depende también de la zona en que vive la gente lo que determina, en gran medida, su dieta.
“No comemos lo mismo si vivimos en el norte o en el sur, tampoco si es en una ciudad o en el campo y depende también nuestro nivel de ingreso económico”, aseveró Louise Guibrunet, investigadora del Departamento de Geografía de la UNAM.
La ecuación es simple: si tienes más, consumes más. Aquellas personas con un mejor ingreso monetario consumen más alimentos porque tienen acceso a ellos, caso contrario a quienes subsisten con lo que generan del campo.
Carne, grasas y azúcares son más fáciles a la hora de comprar porque están al un alcance más inmediato. Para consumir frutas y hortalizas frescas hay que pagar, situación que no aplica tanto para quienes viven en el campo, mar o tienen condiciones para generar estos alimentos en casa.
