El rey Carlos III asistió a la misa dominical por primera vez desde que se dio a conocer su diagnóstico de cáncer, y ofreció un alegre saludo cuando salía de la iglesia que ha servido regularmente como lugar de culto para la familia real.
Carlos y la reina Camila acudieron a la Iglesia de Santa María Magdalena, cercana a la Sandringham House en el este de Inglaterra, donde el rey se está quedando para recuperarse luego de recibir su primer tratamiento para un tipo no especificado de cáncer. La residencia, a unos 180 kilómetros (110 millas) al norte de Londres, ofrece al monarca un sitio donde puede aislarse del riesgo de contraer una infección.
La visita a la iglesia se produjo un día después de que Carlos agradeció los mensajes de apoyo que ha recibido por parte del público. En un comunicado emitido el sábado por la noche, el monarca dijo que ese tipo de pensamientos “son el mayor consuelo y aliento”.
“Es igualmente reconfortante oír cómo compartir mi propio diagnóstico ha ayudado a fomentar la concienciación pública y arrojar luz sobre el trabajo de todas esas organizaciones que apoyan a los pacientes de cáncer y sus familias en todo Reino Unido y en el mundo en general”, dijo en su comunicado.
“Mi admiración de toda la vida por su incansable atención y dedicación es aún mayor como resultado de mi experiencia personal”, añadió.
El Palacio de Buckingham anunció el diagnóstico el lunes. La última vez que se vio a Carlos fue el martes, cuando salió de su residencia de Clarence House en Londres tras iniciar su tratamiento.
Sandringham, la casa privada de los últimos seis monarcas británicos, se encuentra en medio de zonas verdes, jardines y granjas. Ha sido propiedad de la familia real desde 1862.