Los censos económicos de 2024 constituyen el compendio más detallado sobre la situación económica de México. Permiten identificar la cantidad y ubicación de los establecimientos en el país, sus actividades, desafíos cotidianos, así como el perfil del personal que emplean: edad, nivel educativo, antigüedad en la empresa y rotación, entre otros aspectos.
Dada su relevancia, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) llevó a cabo una rigurosa licitación pública para asegurar la selección de los mejores proveedores en este levantamiento, donde la marca Ghia, de Grupo CVA, desempeñó un papel fundamental al proporcionar las tabletas electrónicas de uso rudo —hechas a la medida— para los encuestadores.
En una entrevista con Publimetro México, Armando Gallo, director general de la unidad de marcas propias de Grupo CVA, con 25 años en el mercado, compartió detalles sobre este proceso y expresó su orgullo de que una marca mexicana haya sido seleccionada para este levantamiento histórico.
La entrevista completa se puede ver aquí:
En Grupo CVA no solo son distribuidores mayoristas, sino que desarrollan marcas propias que han tenido una gran relevancia en los procesos actuales del país.
— En esta unidad nosotros no solo comercializamos: desarrollamos el producto, lo fabricamos, lo traemos a México, lo comercializamos y damos todo el servicio de postventa. Es en esta parte del grupo donde nos llevó a trabajar muy de cerca con el tema de la infraestructura que utilizó Inegi ahora para hacer el nuevo censo económico de 2024.
Platícanos más sobre ese tema. Participar en un censo es algo realmente histórico.
— Sí, la verdad es que, como marca mexicana, nos llena de un gran orgullo el poder habilitar y ser capaces de desarrollar un producto específico a las necesidades del cliente.
¿Qué es lo que necesitaba Inegi?
— Inegi necesitaba unas tabletas de uso rudo que le permitieran hacer todo el levantamiento de información. Pero entendemos que son condiciones muy diferentes de las que puede haber en Mérida o las que pueden tener en León. Entonces necesitaban ellos tener un equipo que les pudiera servir en condiciones extremas, que fuera robusto, que pudiera trabajar 10 horas continuas, que soportara caídas y lluvia, porque, aunque te tratas de cubrir, sabes que la tableta se va a mojar. Entonces sí fue muy importante trabajar de la mano con distribuidores, con el mismo Inegi, para primero entender muy bien sus necesidades, segundo, hacer un desarrollo a la medida que pudiera cumplir con lo que ellos requerían y, bueno, estar preparados con la mejor propuesta, porque finalmente todo esto se decidió en una licitación en la cual lo primero que tenías que hacer era cumplir con las especificaciones.
¿Cómo fue que los eligieron sobre otras marcas?
— Los equipos se sometieron a pruebas técnicas muy intensas para poder ser aprobados y además debías tener una competitividad en el precio para poder entrar en presupuestos.
Es importante que mencionas que fue una licitación y no una adjudicación directa, porque habla de que fueron auditados al 100% para cumplir con todas las características tecnológicas que se estaban pidiendo.
— Así es. Mira, la ventaja que pudimos tener fue trabajar en tiempo y forma para comprender las necesidades, y no ofrecer especificaciones, ni de más ni de menos, porque sí es muy fácil ponerle de más para cubrir todo, pero también ahí los costos se elevan y termina siendo un gasto innecesario. Hicimos un prototipo, se evaluó y, sobre los resultados, mejoramos unas cosas que nos pidieron y presentamos un segundo prototipo, luego un tercero, hasta que finalmente hicimos como cuatro o cinco prototipos que se trabajaron en equipo para ir mejorando las especificaciones hasta llegar exactamente al punto que era lo que se quería.
Para ser concretos, ¿las tabletas se fueron mejorando?
— Así es. Se hizo un desarrollo puntual que cumpliera con todas las especificaciones. Ese es el primer prototipo. Se hacen las pruebas. Me dicen, “oye, ¿sabes qué? Necesitamos que nos dé más brillo la pantalla”, porque cuando estás haciendo una encuesta al aire libre, el sol es muy diferente que si estás en un lugar oscuro. Ahí necesitas menos luminosidad, pero en la calle necesitas más. Y esa luminosidad te genera un mayor consumo de batería. Y ese consumo de batería tiene que estar calculado para que tú puedas seguir trabajando, porque el trabajo de los encuestadores es muy exhaustivo. No es de que me voy a tomar una hora para cargar la tableta y seguir. Es uno tras otro y tras otro negocio. Entonces, sí se tuvieron que cuidar muchos aspectos, a fin de dar una herramienta que pudiera cumplir con la eficiencia.
Es importante que fueran equipos que se pudieran desarrollar a la medida.
— Eso fue lo que hizo la gran diferencia. Porque algunas tabletas que se presentaron en la licitación no cumplían con las especificaciones o a la hora de las pruebas no daban el desempeño. Y otras tabletas de marcas multinacionales son menos flexibles que nosotros. Era, “mira, tengo A, B o C. Pero tú necesitas una entre A y B”. O escoges A o escoges B. Modelo A o modelo B. “Oye, pero es que el A me queda chico y el B me queda grande”. Es lo que hay, ¿no? La gran diferencia fue que nosotros logramos trabajar y hacer algo exactamente a la medida. No le pusimos más de lo que no necesitaba, ni dejamos menos de lo que era muy importante.
¿Y cuántas tabletas son las que se vendieron?
— Se licitaron 22,500 unidades. Si mal no recuerdo, 22,500 unidades fue el equipamiento para nivel nacional.
Supongo que también se adquieren de más por si acaso alguna llega a fallar.
— Sí, bueno, era tener un pequeño colchón de repuesto. Pero además iba con un servicio de postventa en donde necesitábamos nosotros garantizar la permanencia del trabajo. Entonces, junto con el distribuidor, que realmente fue el que integró la solución, era, “oye, me reportas una tableta con falla en garantía. Hay un punto de recolección y en ese punto de recolección yo te entrego una tableta para que tú sigas funcionando mientras reviso esta y la vuelvo a habilitar y la vuelvo a poner al 100″. Y entonces así hicimos ese intercambio, pero lo importante era nunca dejar sin equipo a la gente. Porque no hay nada más caro que, imagínate, tener encuestadores que no tienen las herramientas para trabajar.
¿Y qué retroalimentación tuvieron por parte de los encuestadores?
— Mira, nosotros lo medimos en cuanto al grado de satisfacción del equipo. Lo medimos primero en el índice de fallas que se estuvieron atendiendo y la verdad es que fue un índice muy pequeño. Nos ayudó mucho que Inegi cuenta con gente muy profesional del área de sistemas. Entonces se hizo una capacitación específica para su equipo de soporte interno. De lo que puede fallar y cómo se soluciona, porque muchas veces es una parte de configuración, ni siquiera es una falla de hardware como tal. Y como su gente, de verdad, es muy técnica y muy profesional, pudieron contener o resolver rápidamente gran parte de las fallas presentadas. Ya las que sí era un tema de una falla real de hardware, las atendíamos nosotros.
¿Viste a los encuestadores usando su tableta?
— Yo tuve oportunidad de encontrarme un par de encuestadores. Iba en la calle e identifiqué la Tablet porque estaban personalizadas con el logotipo de Inegi y todo. Me acerqué: “oye, fíjate que nosotros somos los desarrolladores del producto, los fabricantes, ¿cómo te ha ido con la tableta?”. Y no sé si fueron muy generosos y gentiles, pero estaban muy contentos. No sé si era gente con un vasto grado de experiencia o era su primera vez, pero el comentario fue positivo de que les habían funcionado muy bien.
¿Los prototipos se fabricaron en México?
— No, lo estábamos fabricando en China. Nosotros tenemos fábricas en China para los diferentes productos que manejamos. Entonces era un equipo de desarrollo de producto de México, basado en Guadalajara, y el equipo de desarrollo de fábrica (en China). “Busquemos una batería con un mayor rendimiento”. Entonces, o cambias la aleación de la batería o metes una batería más grande, pero meter una batería más grande te va a implicar, a lo mejor, tener una tableta más ancha, más pesada. Entonces había que buscar que pudiera ser lo más preciso posible.
¿Ustedes habían trabajado antes con el Inegi?
— Nosotros habíamos participado en algunas licitaciones, pero es la primera vez que tenemos un caso de éxito con ellos.
Fue una grata experiencia para ustedes.
— Mira, yo creo que es muy relevante para nosotros porque reconocemos en Inegi una institución sumamente profesional y absolutamente transparente. De veras, yo estoy encantado de este proceso que tuvimos. Ojalá y todas nuestras dependencias funcionaran de esa manera. Muy claros en lo que necesitan, muy claros en compartir la
información que deben de compartir para obtener el resultado. Y lo que no, no hay necesidad ni siquiera de traerlo a la mesa. Entonces en ese sentido, muy éticos, muy puntuales. Todo se dio en tiempo y forma. Entonces fue una experiencia padrísima para nosotros.
“Como marca mexicana nos sentimos muy orgullosos de haber sido los que pudimos proveer el mejor equipo que se pudo haber utilizado. Y que pudimos formar parte de un hecho tan relevante como un censo de población a nivel nacional”
— Armando Gallo, director general de la unidad de marcas propias de Grupo CVA